A los de la infancia.
A los de la adolescencia.
A los del colegio.
A los de la calle.
A los de toda la vida.
A los de ése momento clave.
A los que siempre están.
A los que la vida alejó.
A los que siguen en mí a pesar de las distancias.
A los que veo de vez en cuando.
A los que nunca volví a ver.
A los que no quiero volver a ver.
A los que tendieron una mano, o dieron un abrazo.
A los que llaman.
A los que no dicen nada.
A los que a veces me recuerdan.
A los que me olvidaron.
A los que me mandan lindos mails.
A los que me mandan mails tontos, pero pensaron en mí.
A los que no me mandan mails porque prefieren hablar.
A los que chatean.
A los que mandan mensajitos al celu.
A los que me quieren.
A los que ya no me soportan.
A los que les pasan ambas cosas a la vez.
A los que busco.
A los que encuentro.
A los que cambiaron mi vida.
A los que apenas la rozaron.
A los que aún no conozco.
A todos, todos, todos mis amigos.
Cada uno sabrá encontrarse una o varias veces en esta lista.
A todos, GRACIAS.
Por las risas, por el aprendizaje juntos, por los juegos, los pequeños y los grandes miedos, los pequeños y grandes triunfos, por las derrotas y los nuevos comienzos, los amores y los desamores, por las charlas de madrugada, los llamados apurados, los papelitos a escondidas.
Por la música compartida, por las miradas cómplices, por los abrazos de consuelo, por los saltos de alegría, por las lágrimas solidarias, las discusiones tontas y las serias, las reconciliaciones cursis.
Por los viajes locos, por las escapadas al cine, por las horas de aburrimiento, por los libros prestados.
Por el juego y el trabajo en equipo, y por las competencias sanas.
Por los buenos consejos. Por las opiniones que no me sirvieron para nada.
Por defenderme, porque me protegió y por atacarme, porque me fortaleció.
Por cientos de cosas más que fueron formando pequeños ladrillos que me construyeron, que contribuyeron a que sea quien soy.
Porque compartieron una parte de su alma con la mía.
GRACIAS, AMIG@
y
FELIZ DÍA!
A los de la adolescencia.
A los del colegio.
A los de la calle.
A los de toda la vida.
A los de ése momento clave.
A los que siempre están.
A los que la vida alejó.
A los que siguen en mí a pesar de las distancias.
A los que veo de vez en cuando.
A los que nunca volví a ver.
A los que no quiero volver a ver.
A los que tendieron una mano, o dieron un abrazo.
A los que llaman.
A los que no dicen nada.
A los que a veces me recuerdan.
A los que me olvidaron.
A los que me mandan lindos mails.
A los que me mandan mails tontos, pero pensaron en mí.
A los que no me mandan mails porque prefieren hablar.
A los que chatean.
A los que mandan mensajitos al celu.
A los que me quieren.
A los que ya no me soportan.
A los que les pasan ambas cosas a la vez.
A los que busco.
A los que encuentro.
A los que cambiaron mi vida.
A los que apenas la rozaron.
A los que aún no conozco.
A todos, todos, todos mis amigos.
Cada uno sabrá encontrarse una o varias veces en esta lista.
A todos, GRACIAS.
Por las risas, por el aprendizaje juntos, por los juegos, los pequeños y los grandes miedos, los pequeños y grandes triunfos, por las derrotas y los nuevos comienzos, los amores y los desamores, por las charlas de madrugada, los llamados apurados, los papelitos a escondidas.
Por la música compartida, por las miradas cómplices, por los abrazos de consuelo, por los saltos de alegría, por las lágrimas solidarias, las discusiones tontas y las serias, las reconciliaciones cursis.
Por los viajes locos, por las escapadas al cine, por las horas de aburrimiento, por los libros prestados.
Por el juego y el trabajo en equipo, y por las competencias sanas.
Por los buenos consejos. Por las opiniones que no me sirvieron para nada.
Por defenderme, porque me protegió y por atacarme, porque me fortaleció.
Por cientos de cosas más que fueron formando pequeños ladrillos que me construyeron, que contribuyeron a que sea quien soy.
Porque compartieron una parte de su alma con la mía.
GRACIAS, AMIG@
y
FELIZ DÍA!
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