El futuro, si la tecnología y la ciencia son manejados por inescrupulosos ambiciosos de poder (como temo que suceda, como van las cosas), se muestra por demás escalofriante. Y si no lo creen así, lean esta nota, que me resulta, al menos, preocupante...
¿Es posible fabricar recuerdos?
(Por David Cuen para BBC Mundo)
¿O borrar memorias? ¿ha llegado la innovación digital al punto en el que se pueden crear recuerdos artificiales?
Hasta ahora estos temas han sido tratados sólo en la ciencia ficción. En "Eterno Resplandor De Una Mente Sin Recuerdos", por ejemplo, existe una empresa llamada Lacuna que se dedica a eliminar recuerdos que no son placenteros.
En un filme más reciente, El Origen (Inception, en inglés), los protagonistas son capaces de sembrar una idea en el subconciente de una persona.
Pero según Aza Raskin, Líder Creativo para Firefox de Mozilla y especialista en comportamiento de usuarios en internet, estas ideas podrían convertirse en una realidad gracias una combinación de publicidad y redes sociales.
"Tus acciones en el pasado son la mejor forma de predecir tus decisiones futuras. Tu pasado -o la memoria de tu pasado- siempre ha sido inamovible. ¿Y si no fuera así? ¿Qué pasaría si la gente de marketing pudiera entrometerse con tus memorias directamente en vez de tratar de insertar sus productos en tu rutina diaria?", escribe Raskin.
"Gracias a las investigaciones en psicología congnitiva y de comportamiento, sabemos cómo sembrar una idea. Es fácil. Necesitamos entender las fallas predecibles en la memoria humana e interiorizar sus ramificaciones", asegura en su blog.
Hasta ahora el auge de internet ha puesto de manifiesto el que los recuerdos persisten. Antes la gente podía olvidar su pasado o esconder recuerdos ingratos. Pero una de las características de las redes sociales y la web es que la huella digital de cada persona se vuelve prácticamente imborrable.
Pero Raskin cree que esto puede llevar a un "maquillaje" de memorias que podría ser aprovechado por la publicidad.
En una charla en la Universidad de Michigan el especialista enfatizó que las memorias pueden ser inventadas.
Como ejemplo recordó anécdotas como la de Beth Rutherford, una joven que recordaba haber tenido una infancia feliz. Pero tras un par de años en terapia comenzó a recordar cosas terribles, incluyendo abusos sexuales familiares.
Su vida cambió completamente. Pero se transformó aún más cuando análisis médicos revelaron que Rutherford era virgen. Tras otra serie de pruebas se determinó que las memorias que la terapia había revelado eran falsas, pero se habían sembrado en su subconciente. A esto se le conoce ahora como Síndrome de la Memoria Falsa.
Otros psicológos como Elizabeth Loftus han investigado aún más en este campo y descubierto que es posible hacerle creer a las personas que vivieron una experiencia que en realidad nunca ocurrió.
Basado en estas premisas, Raskin se atreve a predecir un futuro en el que las memorias se inventen en las redes sociales.
El éxito de estos sitios ha generado que una buena parte de los productos en internet se vendan o promocionen a través de recomendaciones de amigos. Por otro lado la publicidad se está volviendo cada vez más personal y la combinación de ambos factores puede desencadenar un nuevo efecto: publicidad en fotografías personales.
Raskin cree que las empresas se acercarán a los usuarios de sitios como Facebook y les ofrecerán retocar sus fotos -para que se vean más delgados o exitosos- a cambio de incluir publicidad en sus imágenes.
En la foto de una fiesta, por ejemplo, incluirían una marca de cerveza en particular o una pizza en específico.
El problema, dice el especialista, es que después de un tiempo los usuarios no recordarán que la imagen es falsa o los amigos presentes en la imagen asumirán como verdad que en esa fiesta bebieron esa determinada cerveza o comieron esa pizza en particular.
"Nuestro pasado personal y por tanto nuestro futuro serán reescritos por el mercado. Es tu experiencia de vida, patrocinada por Coca-Cola", afirma Raskin.
Para que esto ocurra, dice, se tienen que cumplir tres condiciones: a) que alguien nos solicite crear el recuerdo; b) que nosotros lo imaginemos vivídamente y ; c) que no tratemos de verificar que es real, sino que lo dejemos en el subconciente.
En "Eterno Resplandor..." el protagonista pregunta (al someterse al procedimiento) si sufrirá daño cerebral. El "doctor" responde: "Bueno, técnicamente hablando la operación es un daño al cerebro, pero es lo mismo que una noche bebiendo demasiado. Nada que vaya a extrañar".
Quizá, si la predicción de Raskin se convierte en realidad, todos suframos (en mayor o menor medida) en el futuro de ese "daño cerebral".
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