domingo, 26 de diciembre de 2010

BOABABS: MAGNÍFICOS

Desde El Principito (vi la película cuando tenía 7 y leí el libro luego), me fascinaron.
Sin embargo nunca hasta ahora supe mucho de ellos.
A veces, hasta creí que no existían ya, o que quizás no habían existido nunca.
No sé por qué jamás busqué sobre ellos en diccionarios enciclopédicos o en internet.
Pero un día, hace poco, casi por accidente, leí este artículo, que ahora comparto con ustedes, los lectores de La Guarida. 
Y quedé fascinada, una vez más.
Les presento al boabab.
El baobab africano es un árbol de tronco masivo, con forma de botella o irregular y lleno de nudos. Su altura puede oscilar entre los 5 a 30 m y el diámetro del tronco superar los 11 m. La corteza es lisa y la madera fibrosa con poco contenido en agua. Las hojas sólo brotan en la época de las lluvias, en verano en el hemisferio norte y en invierno en el hemisferio sur. Las hojas del árbol adulto son compuestas, tienen de 5 a 11 foliolos que surgen del mismo peciolo en círculo y cuyos bordes son enteros en todas las especies salvo en la especie rubrostipa, que los tiene dentados. Los árboles jóvenes tienen las hojas simples y se van lobulando poco a poco. Las flores son hermafroditas, actinomorfas, de unos 10 cm, con pétalos blancos. Todas las especies dan frutos al final de la estación seca o principios de la húmeda. El fruto es una baya seca o una gruesa cápsula con forma de melón alargado. Las semillas son numerosas, grandes, con forma de riñón. Envolviendo las semillas hay una pulpa de color crema, cuya textura varía de terrosa a esponjosa según la especie y la edad del fruto. Las semillas viven más de cinco años.
Los baobabs adoptan la forma de botella durante la etapa de madurez, a partir de los doscientos años. En buenas condiciones, sobre suelo arenoso, con un clima templado y lluvias entre 300 y 500 mm pueden vivir hasta 800 o 1000 años, aunque se habla de ejemplares que han alcanzado los cuatro mil años.
Algunos baobabs se ahuecan en la madurez y se convierten en grandes depósitos en los que se pueden almacenar más de seis mil litros de agua.
ESPECIES:
Adansonia digitata – El Baobab por excelencia. Crece en todas las zonas semiáridas del África continental, alcanza los 25 m de altura y diez metros de diámetro. La copa es redondeada y tiene uno o varios troncos secundarios. Las hojas tienen de 5 a 7 foliolos. El fruto es globoso u ovoide. En el Sahel hay cuatro tipos de esta especie, el de corteza negra, el de corteza roja, el de corteza gris y el de hojasoscuras (dark leaves). Este último tiene las hojas más apreciadas como verdura, el gris es mejor por la fibra y los otros por los frutos.
Adansonia grandidieri. Propio de Madagascar, es la especie más alta (25 m) y esbelta que las demás; acilindrado y liso. También es el árbol que tiene más usos y se ha explotado más. La corteza, de un tono gris rojizo, y que en el árbol adulto tiene de 10 a 15 cm de grosor, es tan fibrosa que no queda ningún árbol del que no se haya extraído a una altura de dos metros para hacer tejidos, ya que se regenera fácilmente. El fruto es globoso, dos veces más largo que ancho. La pulpa del fruto se come fresca y de la semilla se extrae un aceite para cocinar. En algunas zonas se alimenta a las cabras con estos frutos; las cabras digieren la pulpa y expulsan la semilla entera. La madera, esponjosa, es rica en agua y tiene anillos concéntricos que muestran los años de crecimiento. Según las leyendas, los árboles solitarios de esta especie albergan espíritus y no es raro encontrar ofrendas a los pies de los ejemplares más grandes.
Adansonia gregorii (sin. A. gibbosa). Endemismo de Australia. Crece en afloramientos rocosos, lechos de ríos y llanuras inundables del noroeste de Australia. Raramente supera los diez metros de altura y la copa es irregular. Echa las hojas entre noviembre y marzo. Los australianos lo llaman árbol de la rata muerta o árbol botella.
Adansonia madagascariensis. Pueden medir de 5 a 12 m y ser de formas muy distintas. Crece en el nordeste de Madagascar y puede incluso adentrarse unos metros en el mar. El fruto es más ancho que largo. Florece en febrero y echa las hojas en noviembre. Si se planta en semillero, sus raíces hinchadas son una verdura excelente.
Adansonia perrieri. Crece también en el norte de Madagascar. Quedan pocos ejemplares de esta especie en peligro de extinción. No supera los 15 metros de altura y puesto que está en el hemisferio sur echa hojas entre noviembre y abril, como el resto de baobabs de Madagascar.
Adansonia rubrostipa (sin. A. fony). Crece en el oeste y al sur de Madagascar, en terrenos arenosos o arcillosos. Es el más pequeño de los baobabs de Madagascar, de 4 a 5 m, aunque pueden encontrarse ejemplares de hasta 20 metros de altura. Son gruesos y se estrechan antes de las ramas, dándoles una forma de botella muy especial. La corteza es marrón rojiza. Las hojas son serradas. Es una importante fuente de alimentación para los lemures.
Adansonia suaresensis. Crece en el norte de Madagascar. También en gran peligro. Es una especie alta, mide hasta 25 m y tiene un tronco esbelto, con un tronco de 2 metros de diámetro. El ramaje es amplio, las hojas tienen de 6 a 11 foliolos verde amarillentos y elípticos. El fruto es dos veces más ancho que largo. Sus semillas son las más grandes de la familia.
Adansonia za. Crece desde el extremo sur hasta el noroeste de Madagascar. El tronco es cilíndrico y muchas veces irregular. Las semillas son comestibles y el tronco se usa a menudo como depósito de tierra.
Es bellísimo nuestro planeta, verdad? Conozcámoslo. Y cuidémoslo.

(Información recibida de Cristian Rockman, de LA HORA DEL PLANETA)


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