miércoles, 6 de enero de 2010

Algunas palabras de Julia Prilutzky Farny

En mi adolescencia, esta señora fue una compañera inseparable que le ponía la palabra justa a los amores imaginados. Estaba "de moda" entonces, a mediados de los '80, y entre el corazón oprimido y los ojos nublados, copiábamos sus poemas, que circulaban en nuestros cuadernos del colegio, decorados con flores y corazones, y borroneados por alguna lágrima. De pronto la recordé hoy, y quise compartir algo con ustedes, los visitantes de La Guarida.  Y contarles algo de ella:
Julia Prilutzky Farny fue una poetisa ucraniana naturalizada argentina, nacida en Kiev en 1912 y fallecida en Buenos Aires el 8 de marzo del 2002. Desarrolló su carrera literaria en la Argentina.

Julia en 1981
Su padre fue ingeniero y su madre médica, y entre los amigos de ellos estaban Miguel de Unamuno, Benito Quinquela Martín (de quien, años más tarde, Julia escribiría una biografía) y Alfredo Palacios (que era padrino de Julia). Pasó parte de su niñez en Salamanca, España.
Desarrolló varias actividades, como estudiar piano (fue discípula de Alberto Williams), siguió la carrera de Derecho, y se dedicó al periodismo.
En 1936 fundó el grupo "Veinte Poetas Jóvenes". En 1937 comenzó a trabajar en el el diario La Nación. También se desempeñó en las revistas "El hogar", "El mundo" y "Para tí". Fue directora de la revista cultural "Vértice". Entrevistó importantes personalidades como Lin Yutang, el papa Paulo VI y Franklin Delano Roosevelt, entre otros.
En 1972 se publica "Antología del amor", volumen que contenía seis libros editados entre 1939 y 1967. Parte de estos poemas son incorporados a la telenovela "Pablo en nuestra piel", de Alberto Migré. Esto hace que se convierta rápidamente en un "best seller" vendiendo 180.000 ejemplares en cuatro años y 80.000 más en la década siguiente. Muchos poemas fueron musicalizados por importantes artistas como Héctor Stamponi, Eladia Blázquez y Chico Novarro. Se casó y tuvo dos hijas.


Aquí, algunos de sus poemas (de a poco iré publicando más). Espero los disfruten:

"ESTE SABOR DE LÁGRIMAS"

Gris y más gris. No estás, y yo estoy triste
De una tristeza apenas explicable
Con palabras, y de una imperturbable
Soledad, que por ti nace y existe.

Siempre de gris, mi corazón se viste:
Polvo y humo, ceniza abominable
Y la envolvente bruma irrenunciable
Que estaba ayer. Y hoy. Y que persiste.


Gris a mí alrededor. Contra mi mano
La nube espesa se va abriendo en vano
Porque el fuego que soy, no está encendido
Y hay niebla en lo que miro y lo que toco.


Ah, yo no sé... Tal vez te odio un poco
Porque está gris y llueve y no has venido.
**********
"NI UNA PALABRA QUEDARÁ SIQUIERA..."


Ni una palabra quedará, siquiera,
Amor que eras mi amor, que eras mi vida.
Ya no te digo adiós, ni hay despedida
Ni volveré a llorar por lo que fuera.


Dónde quedó el terror frente a la espera,
Dónde el pretexto fácil de la huida:
Estoy de pronto, como adormecida,
Brazos ausentes, párpados de cera.


Amor que eras mi amor, estas tan lejos
Que tu imagen se vela en los espejos
Y está la niebla donde había llamas.


Oigo que rondas pero no te veo,
Vuelvo a escuchar tu voz, pero no creo.
Ya no importa si estás ni si me llamas.
**********

"ALGUNA VEZ, DE PRONTO, ME DESPIERTO..."


Alguna vez, de pronto, me despierto:
Un dolor me recorre tenazmente,
Un dolor que está siempre, agazapado,
Por saltar, desde adentro.
Entonces tengo miedo.
Entonces, me doy cuenta que estoy sola
Frente a mí, frente a Dios, frente a un espejo
Lleno de mis imágenes,
De rostros polvorientos.
Estoy sola, pero siempre estoy sola:
Es lo único cierto.
El amor era un huésped,
La soledad es siempre el compañero
Que permanece al lado, inconmovible.
Lo único seguro, verdadero.
Oigo mi corazón, vieja campana
Que dobla y que golpea,
Que rebota en las sienes y en la nuca
Y en la boca y los dedos.
Es cierto, tengo miedo.
Miedo de no poder gritar, de pronto,
De que ya sea demasiado tarde
Para un ruego.
La costumbre ahoga las palabras
Y alarga el desencuentro.
Ah, tantas cosas quedarán ocultas,
Perdidas, sin recuerdo,
Tantas palabras que no fueron dichas,
Tantos gestos.
Unos dirán: Yo sé, la he conocido,
Fue una ardiente rebelde,
Se desolló las manos y la vida
Por defender los que creyó más débiles.
Otros dirán: Yo sé, la he conocido,
Era dura, malévola,
Avara de ternura, con la boca
Mostraba su desprecio.
Alguien dirá: Y cómo sonreía...
Qué importa
Lo que vendrá después del gran silencio.
Claro que tengo miedo.
Así, en la madrugada
Mientras algún dolor - un dolor, siempre -
Va hincando sus agujas en mi cuerpo,
Abro las manos en la sombra dulce
Para atrapar mi soledad, de nuevo,
Y me quedo a su lado, sin moverme,
Con los ojos abiertos
La vida detenida.
Toda mi sangre es un temor inmenso.


2 comentarios:

  1. Gracias querida Patricia, conoci a Julia en Pergamino, mi ciudad natal,la elegimos madrina de una organizacion juvenil, TEA, que yo integraba, ella generosamente acepto, llego a nuestro pueblo, y nos contagio su pasion por la poesia!
    Tuve el placer de compartir momento inolvidables con ella, que hoy me has hecho recordar.
    Te mando un beso grande.
    Susy

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  2. Qué lindo conocerla, Su! Me hubiera encantado. Una alegría que pasaras por aquí, y compartieras este recuerdo. Abrazos para vos.

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