A veces necesitamos tomarnos un tiempo para ordenar
pensamientos, afectos, palabras, silencios.
Y mientras vamos poco a poco
acomodándonos, ocasionalmente nos vemos obligados a dejar de hacer algunas
cosas que hacíamos.
Eso fue lo que me sucedió con La Guarida.
La abandoné por
un tiempo.
Ahora, que he decidido volver a refugiarme en ella, he
cambiado un poco ciertas miradas.
No sé con certeza (rara vez tengo certezas)
hacia dónde enfocaré esas miradas.
Tal vez sean más personales, más críticas,
más viscerales.
Quizás no haya tantos artículos interesantes como antes, y sí
más pensamientos del momento, opiniones sobre las cosas que pasan, o alguna
historia que se me cruce por ahí, verdadera o no.
Más que nunca, mensajes en
una botella que tal vez encuentren un destinatario, o quizás naveguen para
siempre perdidos en mares desconocidos.
En pocas horas amanecerá. Quién sabe qué sorpresas traerá el nuevo sol…

No hay comentarios.:
Publicar un comentario