miércoles, 21 de mayo de 2014

Quino: la sonrisa y la ternura

Hoy, Joaquín Salvador Lavado, Quino, fue galardonado con el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2014.  Merecidísimo. Aunque a él lo haya tomado por sorpresa, los que lo seguimos desde siempre sabemos que merece ese premio y muchos más. No sólo por sus estupendas creaciones, llenas de humanidad y un humor fino y a la vez agudo como pocos, sino por la clase de persona que es: un tipo tímido, lleno de la humildad y sencillez de los verdaderamente grandes, que sabe reírse de muchas cosas, empezando por él mismo.


Autorretratos de Quino

Dicen los diarios, hablando de los fundamentos de esta distinción: Proclama el jurado que Mafalda es "una niña que percibe la complejidad del mundo desde la sencillez de los ojos infantiles". La define como como "inteligente, irónica, inconformista, contestataria y sensible. Sueña con un mundo más digno, justo y respetuoso con los derechos humanos. Al cumplirse el 50 aniversario del nacimiento de Mafalda, los lúcidos mensajes de Quino siguen vigentes por haber combinado con sabiduría la simplicidad en el trazo del dibujo con la profundidad de su pensamiento".
También estima el jurado su "enorme valor educativo" y su "dimensión universal", con unos personajes que "trascienden cualquier geografía, edad y condición social".

Cuando leemos en la actualidad los medios digitales, uno de los ¿privilegios? de este tiempo es que los lectores podemos comentar y leer además lo que otros comentaron sobre determinada noticia. Es casi como leer una noticia en público y que ahí nomás se arme un debate. Habitualmente -al menos en diarios de Argentina y España- se leen comentarios a favor, en contra, ofensivos, descalificadores, pésimamente escritos... y casi siempre se van calentando hasta convertirse en una batalla campal del teclado. Pero leí al menos doce medios donde los lectores manifestaban su opinión sobre el premio otorgado a Quino. Y me sorprendió grata, gratísimamente, leer que todos estaban de acuerdo, que a todos les parecía muy merecido, que muchos recordaban anécdotas de sus vidas relacionadas a Mafalda, que lo quieren, lo respetan, lo admiran. No es algo que suceda muy seguido. Y es una de las cosas que más se valoran (tal vez sin darnos cuenta) de Quino como persona. Siempre ha respetado a todos, y con ese respeto e inteligencia, ha sabido decir lo que pensaba. Sin descalificaciones, sin desprecios, sin insultos. Defendiendo aquello en lo que cree, Quino no ha callado. Y ha enriquecido nuestras vidas. Soy una gran fan de Quino, y lo seré siempre. Hoy, me he sentido muy feliz por él. Sinceramente. De corazón. Y no puedo pensar en él sin asociarlo a la ternura, y a una sonrisa.

 
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