sábado, 30 de enero de 2010

Lo que nos faltaba, cambio de polos magnéticos

Recibí de El Manantial del Caduceo un e-mail con este reportaje, que me pareció muy interesante para compartirlo con los visitantes de La Guarida. Dados los tiempos que corren, pienso que es bueno mantener la mente abierta, y entender que los cambios forman parte de la vida. Espero les guste esta entrevista.

Gregg Braden es hoy uno de los escritores que mejor han logrado combinar la ciencia y la espiritualidad. Conocido principalmente por libros como “El poder de la profecía” o “La matriz divina“, Braden explora en su trabajo cómo antiguas tradiciones y nuevos descubrimientos científicos van inequívocamente encaminados hacia un mismo destino…
Gregg Braden trabajó como experto en geología computacional durante años para compañías como Phillips Petroleum o Cisco Systems, desarrollando una sólida carrera como científico y experto en informática. Pero llegó un momento que se dio cuenta que había profecías que la ciencia estaba empezando a confirmar poco a poco en nuestros días… como las relativas a la inversión polar.
Hoy más que nunca, lo que tengamos dentro de nosotros es lo que nos encontraremos fuera. Si logramos tener un interior armonioso, si encontramos el amor que siempre está al fondo del armario, lograremos encontrar los buenos sentimientos también de los demás. Y nos daremos cuenta de que no hay diferencia entre tú y yo.
¿Es verdad que los polos magnéticos de la tierra están ahora mismo en pleno proceso de cambio?
En realidad desde mayo-junio-julio de 2002 las publicaciones científicas dan por ampliamente conocido y aceptado por primera vez que estamos en un proceso de inversión polar.
En los años 60 los geólogos estaban seguros de que la tierra atravesaba por una inversión así periódicamente. Lo sabían por muestras subterráneas, de hielo y fósiles, así como por las partículas magnetizadas que quedaban encerradas en ciertas posiciones en el interior de las rocas terrestres. Los geólogos estaban tan seguros de ese fenómeno que de hecho tenían mapeados los últimos cuatro millones y medio de años, y los registros resultantes sugerían que la tierra había pasado por catorce de dichas inversiones de los polos.
En aquella época, 1961 y 1962, los científicos pensaban que la última inversión polar se produjo hacia la época de la última glaciación, hace de diez a doce mil años. También estaban seguros de que iba a volver a suceder, pero no antes de varios milenios, por lo que no había nada de lo que preocuparse.
Pero en los años 90 los geólogos se pusieron a perfeccionar este tipo de información. Se había estado diciendo que faltaban miles de años para que esto volviese a suceder. Empezaron diciendo aquello de: “Bueno, puede pasar pero dentro de unos milenios”.
Pero ahora hay evidencia reciente que procede de muestras de hielo antártico y de Groenlandia que demuestra que eso podría volver a suceder tan pronto como en una década.
Ahora sabemos que en la actualidad los polos se están moviendo. Lo estamos viviendo ahora mismo. No sabemos con exactitud el significado de esto porque, aunque haya pasado catorce veces en los últimos cuatro millones y medio de años, nunca había sucedido con más de seis mil millones de personas viviendo en la tierra.
¿Estás diciendo que es de conocimiento generalizado?
Es de común conocimiento entre las personas que deben saber estas cosas. Por ejemplo, los reglamentos de la Fuerza Aérea Americana dicen que, cuando los polos se mueven entre cinco y ocho grados, las pistas de los aeropuertos deben ser vueltas a numerar para hacer que las cifras se correspondan con los rumbos magnéticos que están viendo los pilotos.
El primer aeropuerto de los Estados Unidos en cumplir esta norma fue Minneapolis/St. Paul, en el que se invirtieron del orden de ochenta y cinco mil dólares para renumerar y adecuar las cabeceras de las pistas.
Pero lo que sucedió en el contexto temporal de mayo-junio-julio de 2002 es que revistas como Nature, Science, Scientific American y New Scientist publicaron artículos en los que se afirmaba que definitivamente nos encontramos en un proceso de inversión magnética, y las notas de agencia de Associated Press lo recogieron.
Los científicos no tienen idea acerca de cuál va a ser el impacto de esto en las rejillas de fuerza electrónicas y electromagnéticas. Es más, no saben lo que supondrá para el sistema inmunológico humano. Ciertas modalidades alternativas de sanación han demostrado la conexión entre el sistema inmunológico y el magnetismo, lo cual también podría llevar aparejado que nuestros sistemas inmunológicos muy bien podrían estar sintonizados con los campos magnéticos de la tierra.
Sabemos que las aves y los animales migran siguiendo las líneas esos campos magnéticos. De ahí que se especule con que los cambios que se están produciendo en esos campos magnéticos sean los responsables del cambio en los patrones migratorios de las aves que se han registrado en Asia y en Norteamérica.
El cambio en los campos también podría explicar por qué las ballenas se están varando. Las líneas de navegación que siguieron las ballenas siempre han cambiado yahora las conducen a la playa. Cuando las devolvemos al mar y las liberamos, ellas vuelven a alinearse con las mismas líneas magnéticas y, al seguirlas, vuelven a terminar en la playa.
Por lo tanto sí, es de conocimiento generalizado. Las revistas científicas más respetadas dicen que ya estamos en este cambio. Y aunque no sepamos con precisión lo que esto supone, es significativo que esté siendo algo reconocido por esa clase de literatura contrastada y no sólo por revistas especulativas o seudo científicas.
Muchos científicos adhieren a la teoría del cambio depolos magnéticos de nuestro planeta
¿Cuándo se reconoció por primera vez este cambio magnético?
Debe haber sido hacia junio o julio de 2002. La gente me envió correos avisando de que lo habían visto y dándome las referencias. También yo mismo encontré referencias en las revistas.
¿Sobreviviremos a una inversión polar completa?
Cualquier respuesta a esa pregunta necesariamente pertenece al reino de la especulación, porque en la historia de los registros humanos tradicionales nunca ha sucedido.
Por otro lado, hay tradiciones nativas y antiguas tradiciones bíblicas hebreas que sugieren que puede haberse producido un cambio magnético más recientemente que durante la última glaciación. Eso fue hace 10.000 o 12.000 años, pero dichas tradiciones sugieren que el último cambio puede haber pasado tan recientemente como hace sólo 3.600 años.
Las legendas nativas hablan de un día hace 3.600 años cuando el sol salió por el oeste como siempre lo había hecho, permaneciendo en el cielo más de un día entero para ponerse después por el este, pero al día siguiente salió por el este y se puso por el oeste, como lo hace hoy en día.
Las tradiciones hebreas también cuentan este suceso, añadiendo que sucedió durante una batalla. Los antiguos hebreos lo tomaron como una señal de que uno de los bandos recibió ayuda celestial porque estuvo en la luz lo suficiente para completar la batalla a su favor.
No podemos verificar esto por las rocas o los registros fósiles porque 3.600 años es un periodo de tiempo demasiado corto para que tal acontecimiento se refleje en ellos. Lo único que tenemos son tradiciones, leyendas y mitos preservados en documentos escritos y orales.
Sin embargo, lo que nos cuenta la tradición es que, si fuese a pasar algo así, la gente de la tierra sobreviviría a ello. Se viviría un día realmente extraño pero, si las antiguas leyendas son ciertas, aquello pasó y la gente aparentemente sobrevivió. Pero no sabemos cómo afectó esto a sus vidas.
¿Tienes alguna idea acerca de cómo podría alterar la conciencia este cambio magnético?
La especulación es que hay una correlación entre el magnetismo y la conciencia. A fin de que comprendamos como pudiera funcionar esa conexión, resulta práctico compararla con la memoria de un ordenador.
Los campos magnéticos de la memoria se mantienen en su lugar gracias a una carga eléctrica -una carga circulante- que está en el interior del propio ordenador. Cuando las baterías del ordenador se terminan, la carga se agota y la memoria se pierde. Tenemos que volver a instalar el sistema operativo.
De manera similar, tanto investigadores como descendientes de pueblos indígenas creen que, cuando la tierra pase por lo que la ciencia considera una inversión magnética, también atravesará por un enorme cambio y limpieza de su conciencia. No habrá nada que sostenga todos esos patrones magnéticos que fueron instalados. Por tanto, cuando seamos despertados por este cambio seremos conscientes de nuestra verdadera naturaleza, nuestra verdadera esencia. Y la memoria de todo lo malo, de todas las cosas malas que han pasado, todo el resentimiento y el ego y lo que hemos tenido los unos en contra de los otros como individuos y como naciones dejará de ser parte de esa nueva conciencia, de esa nueva rejilla.
Desde ese punto de vista, muchas tradiciones predicen, sienten o especulan que estamos aproximándonos al tiempo de lo que ellos llaman la Gran Limpieza, y que esa limpieza está produciéndose a nivel de la memoria central consciente.
Entonces es posible asumir que nuestra memoria está conectada de alguna manera con este campo magnético
Eso creo. Lo creo debido a los extraños relatos de los astronautas que salieron de la tierra y viajaron al espacio durante el Programa Apolo.
Al abandonar la atmósfera de la tierra y orbitar el planeta a muchas millas de su superficie, los efectos del magnetismo terrestre sobre ellos eran insignificantes. Y los astronautas empezaron a tener experiencias para las que no estaban preparados ni habían sido entrenados, experiencias completamente inesperadas.
Cuando estaban en el espacio y contemplaban la tierra, empezaban a tener sentimientos y percepciones, despertares y sensaciones que nunca tuvieron cuando estaban en ella. Esto significó algo diferente para cada uno de ellos.
De manera muy similar, amigos míos que estuvieron en Vietnam volvieron completamente cambiados. Aquello cambió a todos. Para algunos de ellos, el cambio fue tan doloroso que nunca pudieron ni siquiera hablar de ello pero, para las vidas de otros, ese cambio fue un catalizador y hablan incesantemente de ello.
Y creo que ahora ha habido un programa especial del Public Broadcasting Service que documenta este mismo fenómeno con los astronautas, que nunca volvieron a ser los mismos después. Cuando regresaron, algunos no sabían qué pensar de su experiencia en el espacio exterior.
Algunos cayeron en el alcohol y las drogas. Otros canalizaron el cambio que se produjo en ellos mediante proyectos muy positivos que afianzaron sus vidas.
Uno de los de este último grupo fue el Dr. Edgar Mitchell, que fundó la Noetic Sciences Organization (Organización de Ciencias Noéticas) en un esfuerzo por corroborar el fenómeno de la conciencia humana. Otro astronauta emprendió la búsqueda del Arca de Noé y terminó encontrándola metida en el hielo del Monte Ararat, exactamente donde la Biblia dijo que estaría.
Entonces la implicación señalada es que estos astronautas, debido a haber dejado el campo magnético de la tierra, han tenido algún tipo de despertar espiritual.
Desde luego pasaron por una catarsis cuando no estaban bajo la influencia del campo magnético de la tierra.
Vemos que también pasa algo similar cuando observamos los campos magnéticos de la tierra. Su presencia sobre la superficie de la tierra no es constante, y los mapas de curvas disponibles del Servicio geológico de los estados Unidos muestran las intensidades variables de los campos magnéticos sobre la superficie de la tierra, dónde son de una intensidad muy alta y dónde son de una intensidad muy baja.
Dichos campos han ido cambiando con el tiempo y en realidad podrían dar cuenta de por qué las poblaciones humanas migraron a los lugares a los que lo hicieron. Han debido ir siguiendo estas curvas de nivel magnético.
Lo que sucede es que en los lugares de magnetismo muy bajo, donde los campos son prácticamente inapreciables, parecen producirse innovaciones y cambios tremendos. Donde el magnetismo es tradicionalmente alto se encuentran sitios de estancamiento en los que los cambios, pese a producirse, tardan mucho tiempo y después sobrevienen muy lentamente.
Si yo llegase aquí procedente de otro mundo y no supiese nada sobre la gente de la tierra, y estuviese buscando un sitio donde la oportunidad de cambio fuese máxima, yo buscaría las curvas de valor cero.
Y si observas un mapa actual del magnetismo de la tierra, encontrarás una curva de nivel cero que corre a lo largo de la Costa Oeste de Norteamérica, subiendo a lo largo de la costa de California hasta la de Alaska. En otras palabras, ¡el magnetismo a lo largo de la Costa Oeste es casi nulo!
Cuando pensamos en la Costa Oeste, pensamos en la alocada California.
Bien, la verdad es que California es una semilla, una de varias, y tradicionalmente ha sido muy innovadora en tecnología, ciencia, moda, finanzas y artes, debido a que allí hay una oportunidad cambio tremenda.
Dentro de Norteamérica, la contracara de esto sería la zona de máximo magnetismo, en la que los campos magnéticos son los más densos. Y la encuentras en el interior de algunos estados sureños, los mismos estados tradicionalmente considerados conservadores.
Esto no significa que allí no pueda haber ningún cambio. En vez de esto, lo que señala es que ese cambio tarda mucho más tiempo y la gente tiene que ver una razón verdaderamente buena para salirse de lo que siempre estuvieron haciendo.
Entonces, donde el campo magnético es menos denso, ¿la gente está más abierta a lo que surja en el momento?
Está abierta al cambio, punto. Eso no significa que el cambio sea ni bueno ni malo, ni correcto ni incorrecto. Es importante que sea claro acerca de esto. La conciencia de la gente será lo que determine cómo se producirá ese cambio.
Daré un ejemplo irónico. Hay una curva de nivel cero que corre justo por la mitad de Oriente Medio. En realidad corre casi directamente sobre la zona del Canal Suez, pasando justo sobre Israel, a todo lo largo de la costa del Mar Rojo.
Sí, justo en esa zona hay una curva de nivel cero. Esto supone que la zona esta avocada al cambio. Pero nuevamente, el modo en el que llegue el cambio -ya sea pacífico y constructivo o iracundo y destructivo- estará determinado por la conciencia de la gente que vive allí.
Entonces ¿esto no es ni bueno ni malo?
Exacto. Sencillamente es una oportunidad para el cambio. Al mismo tiempo, las curvas de mayor nivel de magnetismo de todas las del planeta tierra han estado tradicionalmente sobre partes de la antigua Unión Soviética, Rusia y Siberia.
Sabemos que en esa parte del mundo ha estado emplazado un sistema estacionario y que, cuando ha sobrevenido algún cambio, éste ha sido lento y doloroso, de largo plazo y se ha producido con mucho sufrimiento. Pero cuando ha sucedido, ha producido un efecto cascada, ha sido casi de la noche a la mañana.
Por tanto, las correlaciones entre la conciencia humana, las oportunidades para la innovación, para el cambio, para hacer las cosas de una manera nueva, y el magnetismo de nuestro mundo, son muy interesantes.
La Tierra tiene muchas regiones de alto y bajo potencial de cambio.
Cuál es la mejor manera que tienen de afrontar los cambios que se están produciendo en nuestro mundo en su conjunto?.
Seré tan conciso como pueda. Creo que la respuesta a eso quizás está mejor encriptada en las palabras quienes nos precedieron, los antiguos Esenios, en un texto que tiene más de 2.500 años.
Nos recuerda nuestra relación con el mundo que nos rodea, y simplemente dice que nuestro mundo no es nada más ni nada menos que un espejo de aquello en lo que nos hemos convertido en nuestro interior.
Por lo tanto, cuando contemplamos desde esa perspectiva un mundo que parece cruel, descerebrado y colérico, que produce sufrimiento a nuestras hermanas y hermanos de todo el planeta, ese mundo es un espejo de aquello en lo que nos hemos convertido como individuos, familias, sociedades y naciones.
No es bueno ni malo, ni correcto o incorrecto. Simplemente es un reflejo de quienes somos. La condición del planeta es un mecanismo de retroalimentación.
Entonces, si queremos ver cambios en nuestro mundo, debemos convertirnos en ese cambio en nuestras vidas cotidianas. Si queremos ver paz, tolerancia, entendimiento, compasión y perdón a nivel global, debemos convertirnos en eso. En la mesa de la cena. Con nuestras familias. Debemos convertirnos en eso en nuestras escuelas.
Debemos pedir que se nos entretenga mediante la paz, la compasión y la comprensión. Eso no tiene por qué ser tedioso o aburrido. Puede seguir siendo emocionante, pero no tiene por qué ser brutal, descerebrado, cruel o despiadado.
En nuestras vidas diarias, a cada momento de cada día, hacemos la elección que niega o afirma la vida en nuestros cuerpos. Porque estamos vinculados mediante esa rejilla. Todas nuestras elecciones individuales quedan depositadas en esa respuesta colectiva a nuestro futuro.
Si queremos ver un cambio colectivo, tenemos que convertirnos en ese cambio individualmente.
Tenemos esta fecha de 2012 en la que mucha gente está diciendo que es el momento del cambio global o Ascensión. ¿Qué crees que va a pasar?
La fecha de 2012 es interesante porque aparece en las tradiciones mayas y egipcias, en algunas tradiciones cristianas e, incluso, en el código bíblico (que es, en sí mismo, algo muy controvertido).
Tengo la sensación de que esa fecha podría ser cualquier fecha. Si nos concentramos en una fecha y vivimos nuestras vidas preparándonos para el cambio en esa fecha, nos perdemos la vida.
Desde mi punto de vista basta con que nos limitemos sencillamente a vivir al máximo cada día, con que conciliemos las experiencias que se nos cruzan cada día en nuestro camino, con que aprovechemos las oportunidades de honrar la vida, de honrar nuestras relaciones mutuas.
Siendo honestos, dignos de confianza, considerados, cariñosos y compasivos, viviendo esto cada día, ya estamos preparados para cualquier cosa que posiblemente pueda venir en 2012 o cualquier otro día de otro año o en cualquier momento de nuestro futuro.
Conozco gente que están viviendo sus vidas guardando contenedores llenos de comida y municiones, preparándose para el día en el que nuestro mundo cambie. Lo entiendo, y creo que está bien ser autosuficiente. Entiendo lo que están expresando.
Pero lo que veo también es que dedican una parte demasiado grande de sus vidas a prepararse para ese día y se pierden la belleza y el misterio de la vida que se despliega cada día. ¡Percibir esa belleza y ese misterio es lo que nos prepara para los mayores desafíos!
Entonces básicamente, si lo que queremos es aprovechar este cambio con el mejor resultado positivo posible para nosotros, ¿la clave está en que vivamos cada día dando de nosotros el máximo amor y la mayor compasión?
Sí y, para que así sea, tenemos que vivir cada día de manera consciente. Ser conscientes de las oportunidades. Reconocer las oportunidades que nos salen al paso. Cada día se nos ofrece la oportunidad de ser tolerantes con otros sistemas de creencias, de perdonar a alguien que nos haya herido o enojado, de enmendar nuestros juicios acerca de lo que debería o no debería pasar en nuestro mundo.
Si podemos conciliar todas esas cosas cuando se nos cruzan y manejarlas conscientemente en ese momento, sabiendo que al cambiar la manera en que nos sentimos cambiamos la química de nuestro cuerpo, estaremos preparados para cualquier transición que la tierra vaya a atravesar.

(Más información en http://www.greggbraden.com)

miércoles, 27 de enero de 2010

Chimpcam: La película filmada por chimpancés

Por Tomás García para NeoTeo)
Hemos visto tantas películas, que muchas veces sentimos que falta innovación en la industria. Tal vez una solución sería darle la cámara a alguien que no suela hacer películas… ¿o por qué no?, a un grupo de chimpancés. Lejos de cualquier tipo de revitalización de la industria del cine, la BBC produjo una película filmada completamente por simios como parte de un estudio. El objetivo era ver la manera en la que ven el mundo y cómo interactúan entre ellos.
Desde el estreno de Avatar, mucho se ha hablado sobre James Cameron, quien luego de haber desaparecido de la industria, hizo un regreso triunfal con el filme que sigue rompiendo récords. Pero, ¿quién dice que este arte está únicamente reservado para los humanos? La emisora inglesa, BBC, ha producido un proyecto que estarán mostrando el 27 de enero en el canal BBC Two. El proyecto fue bautizado Chimpcam y, tal como explica su nombre, fue una película filmada únicamente por chimpancés.
Esta es una idea tan inteligente que muchos nos preguntamos por qué no se ha hecho antes. El objetivo de este experimento/película es parte de un estudio por parte de científicos para ver cómo los chimpancés perciben el mundo y a ellos mismos. Para lograrlo se les entregó una cámara que filmaba constantemente y estaba provista de todas las protecciones necesarias para sobrevivir al trato de los animales y cualquier golpe o caída que pueda ocurrir. Por lo visto, funcionóLa filmación de una película es en realidad la segunda parte de un estudio con dos desafíos. El primero, fue enseñarles a utilizar una pantalla táctil para elegir distintos vídeos. De esta manera, el equipo pudo saber qué tipo de imágenes preferían ver. El segundo desafío fue con la Chimpcam, que además de tener la protección necesaria, portaba una pantalla que mostraba las imágenes captadas por la cámara. Aunque al principio no estaban muy interesados, con el tiempo se comenzaron a interesar en la cámara, viendo lo que sucedía cuando se filmaban nuevas imágenes. Así es como surgió la película a estrenarse en las próximas semanas.
No se cree que los chimpancés hayan tratado filmar algún objeto en particular intencionalmente, pero definitivamente se puede tomar información de lo filmado por ellos. La manera en que interactúan, cómo ven el mundo y cómo manipulan objetos externos, que a la vez los cautiva de alguna manera. Es una pena que solo sea transmitido por BBC, pero seguramente podremos contrar con que canales más internacionales, como Discovery Channel o Animal Planet, compren la licencia eventualmente.

viernes, 22 de enero de 2010

ARBOLES

En el Principio, fueron ellos. Espíritus inmortales, ENTS.
"En un murmullo azul, y creciendo, el árbol prepara tu cuna, tu mesa, y tu ataúd." (Némer Ibn El-Barud)

Arboles
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(Gracias Naty)

miércoles, 13 de enero de 2010

Aniversario de la creación de National Geographic

Alexander Graham Bell (nacido en Edimburgo, Escocia, Reino Unido, el 3 de marzo de 1847 y fallecido en Beinn Bhreagh, Canadá, 2 de agosto de 1922) fue un científico, inventor y logopeda británico. Contribuyó al desarrollo de las telecomunicaciones y la tecnología de la aviación. Su padre, abuelo y hermano estuvieron asociados con el trabajo en locución y discurso (su madre y su esposa eran sordas), lo que influyó profundamente en el trabajo de Bell, su investigación en la escucha y el habla. Esto le movió a experimentar con aparatos para el oído. Sus investigaciones le llevaron a intentar conseguir la patente del teléfono en América, obteniéndola en 1876, aunque el aparato ya había sido desarrollado anteriormente por Antonio Meucci, siendo éste reconocido como su inventor el 11 de junio de 2002.


Alexander Graham Bell
Muchos otros inventos marcaron la vida de Bell; entre ellos, la construcción del hidroala y los estudios en aeronáutica. En 1888, Alexander Graham Bell fue uno de los fundadores de la National Geographic Society. Además, el 7 de enero de 1898, asumió la presidencia de dicha institución, y un día como hoy, de ese mismo año, nació la Revista National Geographic, una de mis favoritas, y de las más prestigiosas del mundo.

A modo de FELIZ CUMPLEAÑOS, comparto con los lectores de La Guarida el artículo que sigue, que, aunque un poco largo, no tiene desperdicio. Y nos sirve para reflexionar sobre muchas cosas. Espero lo disfruten tanto como yo.

BAJO ESTRÉS
(Por Robert Sapolsky, para National Geographic)

Si estás leyendo esta revista, lo más probable es que no tengas lepra o desnutrición ni debas interrumpir la lectura cada 10 minutos para correr al baño a causa de una disentería. Y seguramente tampoco tienes parásitos hepáticos del tamaño de un puño. De hecho, es muy factible que vivas varias décadas mientras tu cuerpo se degrada progresivamente. Los seres humanos occidentalizados gozamos del privilegio de llevar una vida bastante satisfactoria y larga antes de morir de enfermedades ocasionadas por la acumulación de daños, como cardiopatías, diabetes, cáncer y apoplejía.
El tiempo que vivimos depende, en buena medida, de una lotería biológica. ¿Tu hígado procesa bien el colesterol? ¿Tu páncreas secreta suficiente insulina? Tu salud también podría depender de otras interrogantes aún más peculiares. ¿Comes más cuando sientes que no te quieren? ¿Crees tener el control de tu vida? ¿Cómo se desempeñan las personas que comparten tu condición social?
Todas estas preguntas tienen que ver con la forma como enfrentamos el estrés, tema de investigación en el que he invertido 30 años y cuya revelación más importante, tanto en el laboratorio como en mi trabajo de campo con papiones de África oriental, es que las repercusiones del estrés en la salud no estriban exclusivamente en la respuesta de nuestras células y órganos, sino en la forma como nuestra psique hace frente a las circunstancias de la vida: tal vez un jefe tiránico en el lugar de trabajo o, como es más común en la actualidad, la falta de un lugar de trabajo. En última instancia, trátese de un papión de la sabana o de un trabajador desempleado, el estrés se determina, en buena parte, por la forma como encajamos en la sociedad o, mejor dicho, por el lugar que creemos ocupar en la sociedad.
Cómo matar de hambre a un león
Empecemos por definir el término estrés. El cuerpo trabaja constantemente para mantener su equilibrio en un estado idóneo de temperatura, presión sanguínea, niveles de glucosa circulante que usa como energía, etcétera. Un agente estresante es cualquier factor que rompa ese equilibrio. Supongamos que fueras una cebra de la sabana: en tal caso, un agente estresante sería un león rasguñándote, literalmente, los talones. Para escapar necesitas, antes que nada, energía instantánea para impulsar tus músculos y, por ello, un aspecto importante de la “respuesta al estrés” es la producción de una hormona llamada epinefrina (también conocida como adrenalina), la cual transforma de inmediato la energía almacenada en compuestos circulantes más simples: ácidos grasos y glucosa. También aumentan tu frecuencia cardiaca y respiratoria, así como tu presión sanguínea. Si la energía llega a tus músculos en dos segundos en vez de tres es más factible que sobrevivas. Al mismo tiempo, las hormonas del estrés, en especial unas denominadas glucocorticoides, entran en tu cerebro y agudizan los sentidos y mejoran ciertos aspectos del lenguaje y la memoria. Estás más alerta y te concentras mejor.
La respuesta al estrés también interrumpe actividades que podrían desperdiciar la energía almacenada. Se inhibe la digestión, proceso lento y costoso desde el punto de vista fisiológico, lo cual tiene lógica porque, en vez de usar la energía para digerir el desayuno, mejor la aprovechamos para no convertirnos en almuerzo; tampoco es momento de preocuparnos por conseguir algo para almorzar, entonces también se suprime el apetito. Asimismo se inhiben procesos como el crecimiento y la regeneración de tejidos, por no hablar de la reproducción: es evidente que no es momento de ovular, producir espermatozoides o emprender el proyecto de desarrollar la cornamenta mientras se escapa de un depredador. Por otra parte, no hay mejor momento para prepararse a reparar posibles lesiones y, así, tus defensas inmunitarias contra infecciones se disponen a entrar en acción. Unas células sanguíneas denominadas plaquetas se vuelven pegajosas para que, al adherirse unas con otras, formen coágulos que interrumpan la hemorragia de una herida. Por último, el cerebro recibe una descarga de dopamina, sustancia relacionada con el placer que ayuda a amortiguar el dolor.
Pocos tenemos que preocuparnos de ser perseguidos por un depredador, aunque en ocasiones debamos esquivar algún auto a gran velocidad o mantenernos desesperadamente alertas mientras conducimos a casa durante una tormenta de nieve. El problema estriba en que tendemos a activar la respuesta al estrés no sólo cuando pasamos por una crisis a corto plazo, sino también cuando, por ejemplo, estamos atascados en el tráfico y nos asalta la angustia de los impuestos, o bien cuando realizamos actividades cognitivamente sofisticadas, como sufrir por un trauma del pasado remoto o pensar en la muerte que finalmente nos dará alcance en el futuro. Somos tan inteligentes que incluso activamos la respuesta al estrés al mirar una película de horror.

El estrés causa muchas complicaciones adicionales.
Pero si activamos crónicamente la respuesta al estrés, a la larga nuestra salud paga las consecuencias. Empecemos con el sistema cardiovascular. Si la presión sanguínea se eleva varias veces, la turbulencia de esas oleadas de sangre ocasionará daños microscópicos en las paredes de los vasos sanguíneos. Gracias a ello, la grasa, la glucosa y el colesterol movilizados por la respuesta metabólica al estrés tienen mayores posibilidades de adherirse a la pared dañada. ¿Y recuerdas esas plaquetas que se vuelven pegajosas para formar coágulos? Pues ahora complican el problema pegándose al sitio dañado. Todos estos efectos incrementan la probabilidad de formar placas arterioscleróticas, remedio infalible para desarrollar enfermedades cardiovasculares.
¿Qué hay del cerebro? Mientras las hormonas del estrés aumentan el estado de alerta en las primeras etapas de respuesta, un estrés importante y prolongado puede tener el efecto contrario. Te vuelves más propenso a la ansiedad debido a los glucocorticoides que dilatan las neuronas en la amígdala, región cerebral responsable del temor y la angustia. También se debilitan las neuronas en el hipocampo, parte del encéfalo que interviene en el aprendizaje y la memoria, y en la corteza frontal, región crucial para el raciocinio. El resultado es que se afecta nuestra capacidad para aprender y tomar decisiones. Además, también se agotan las concentraciones de dopamina en la región cerebral relacionada con la recompensa, volviéndonos más susceptibles a la depresión.
Si se aplica repetidas veces, la lógica de la respuesta al estrés (“no te molestes en arreglar las cosas ahora, déjalas para después”) puede traducirse en la imposibilidad de revertir el daño de la bacteria responsable de las úlceras gástricas, Helicobacter pylori. En el caso de las mujeres, la supresión continua de la función reproductora puede alterar la ovulación y hacer que un óvulo fecundado tenga dificultades para implantarse, mientras que los hombres pueden experimentar una disminución en los niveles de testosterona, la cuenta espermática y la firmeza de la erección.

El sobrepeso lo empeora todo
Pero podría ser peor. Si por casualidad tienes sobrepeso y poca actividad (combinación muy común en la vida occidentalizada), el estrés crónico puede ocasionar que las células de grasa se vuelvan resistentes a los efectos de la insulina, provocando un exceso orgiástico de grasa y glucosa circulantes que, a su vez, precipitan toda suerte de daños en los vasos sanguíneos y elevan el riesgo de desarrollar diabetes del adulto. Y aunque de inicio el estrés estimula al máximo el sistema inmunitario, con el tiempo actúa suprimiendo la respuesta inmunológica. Diversos estudios han demostrado, de manera consistente, que el estrés puede precipitar brotes de herpes e incrementar el riesgo de contraer enfermedades como resfriado común y mononucleosis, incluso reducir la función inmunológica de pacientes con sida.
Sin embargo, sólo ha podido establecerse una tenue relación entre el estrés y el cáncer. Al fin, una buena noticia.
No todas las psiques son iguales
Analicemos estos ejemplos: hablar en público no me perturba en absoluto (de hecho, me resulta muy vigorizante), pero la idea de actuar en un escenario me hace trizas los nervios. Disfruto de escalar grandes alturas, pero el buceo con tanque me pone a temblar. Y aunque me tranquilizo interpretando una obra para piano lenta, que invite a la reflexión, me moriría de aburrimiento y ansiedad si tratase de meditar. Sin lugar a dudas, muchos lectores tendrán el perfil contrario. Un embotellamiento de tráfico, un libro de suspenso, el impulso de charlar con un desconocido atractivo… ¿Por qué estas situaciones son fuente de estrés psicológico para unos y no para otros?
Empecemos por estudiar las condiciones psicológicas que dan origen a una experiencia estresante con el clásico experimento del sujeto que se encuentra sentado a solas en una habitación. De vez en cuando, le asalta un sonido agudo y tan intenso que eleva su presión sanguínea. Mientras, en otra habitación, hay un segundo sujeto expuesto al mismo ruido que ha recibido la indicación de presionar repetidamente un botón para disminuir la probabilidad de que ocurra el sonido. En realidad, el botón no sirve para nada, pero el individuo no deja de presionarlo, pensando: “No quiero ni imaginar las veces que tendría que oír ese maldito ruido si no estuviera apretando esta cosa”. Dicho de otra manera, tiene una sensación de control. ¿Y adivina qué? Su presión no se eleva. Incluso si ni siquiera se molesta en oprimir el botón, la certidumbre de tenerlo a mano, por si acaso, basta para reducir su presión arterial.

No todas las psiques son iguales, afortunadamente
Modifiquemos el ambiente experimental. De nueva cuenta tenemos dos voluntarios sometidos a un ataque de ruidos aleatorios, pero ahora, en vez de presionar un botón, uno de los sujetos recibe una advertencia: cinco segundos antes de la descarga de sonido se encenderá una luz. A diferencia de su colega del otro cuarto, esta persona sabe que debe prepararse para oír el ruido o cubrirse los oídos con las manos y, en consecuencia, su presión arterial no aumenta cuando llega el estímulo. Es el mismo razonamiento que todos utilizamos cuando, entre pausas de la fresadora, preguntamos al dentista cuánto más debemos aguantar. En suma, la situación se vuelve menos estresante si tenemos “información predictiva”.
Por el contrario, si queremos infundir estrés en la vida de otros (digamos, una rata de laboratorio), sólo hace falta modificar una situación que se creía previsible. Por ejemplo, entrena una rata para que presione 25 veces una palanca y reciba una bolita de alimento y luego deja de darle la recompensa. La rata seguirá presionando la palanca 25 veces y luego 25 más, pero sin resultados. El animal se sentirá frustrado y esto elevará su presión sanguínea. Sin embargo, si damos a la rata un medio para desahogar esa frustración, como una barra de madera para roer, la presión arterial no se elevará mucho. Mejor aún: introduce otra rata más pequeña en la jaula y lo más factible es que el animal frustrado muerda al recién llegado reduciendo así su respuesta al estrés. Muchas veces he observado una conducta similar en los papiones de la sabana y es muy posible que usted haya visto a una persona con autoridad “haciendo papilla” a un subordinado para aliviar su estrés. Parece que, lamentablemente, la mejor manera de evitar una úlcera es provocársela al prójimo.
Ahora bien, tener a un subordinado del cual abusar no es tan beneficioso como recurrir a un amigo. Un papión hembra que sufre la pérdida de su cría experimenta una respuesta al estrés más ligera si, luego del incidente, busca la compañía de otras hembras para acicalarse. El efecto es aún más pronunciado cuando la madre interactúa con un pequeño grupo de parientes y amigos (sí, es un término aceptable en el campo de la primatología). Lo mismo sucede con los humanos. En pequeña escala, si exponemos a un voluntario a un estresante leve como hablar en público, su presión sanguínea no se elevará tanto si hay un amigo presente; en gran escala, la tasa de mortalidad secundaria de gran variedad de enfermedades infecciosas se eleva en proporción directa con el grado de aislamiento social del individuo.
En pocas palabras, nos estresamos mucho menos cuando creemos que las circunstancias son controlables y previsibles y disponemos de un vehículo para desahogar la frustración o contamos con apoyo emocional. ¿Por qué, entonces, hay personas que creen tener el control y otras no, estando en igualdad de circunstancias? ¿Por qué algunos aprovechamos el apoyo social potencial en momentos de estrés, en tanto que otros ahuyentan a cuantos los rodean?
Es allí donde entran en juego las diferencias de personalidad y temperamento, y no sólo en los humanos. En los National Institutes of Health, Stephen Suomi estudiaba una población de monos rhesus en la que cerca de 20 % de los individuos eran “grandes reactores”, es decir, monos inusualmente tímidos y retraídos que se angustiaban frente a situaciones nuevas y tendían a deprimirse al separarse de un ser querido. Entre los papiones salvajes que componen mi población de estudio también hay individuos que perciben la fosa de agua medio vacía o medio llena. Al ver un rival dormido en el extremo más apartado del campo, un macho dominante puede enloquecer como si lo tuviera enfrente, porque no entiende que un papión lejano y dormido es una amenaza mínima y previsible. Es obvio que este macho alfa tendrá continuamente activada la respuesta al estrés y, en consecuencia, sus niveles de hormona del estrés estarán elevados de manera crónica, lo mismo que su presión arterial.
Huelga decir que ese papión tiene una contraparte en los humanos, la famosa personalidad tipo A, la cual interpreta cualquier acontecimiento como prueba de que vive en un mundo hostil. Este tipo de personalidad conlleva un riesgo importante de enfermedad cardiovascular, en tanto que dos de nuestros trastornos psiquiátricos más frecuentes, ansiedad y depresión, también se relacionan con respuestas excesivas al estrés y al riesgo asociado de enfermedad. Las personas ansiosas se creen rodeadas de agentes estresantes que no pueden controlar y tienden a estar en constante vigilancia aun cuando no existan amenazas reales. En el caso de la depresión, el individuo es incapaz de percibir o aprovechar la información predictiva, los mecanismos de defensa y el apoyo social.
Lo anterior nos lleva a cuestionar por qué algunos tendemos más que otros a la ansiedad y la depresión. Es indudable que, en cierta medida, los genes influyen. Por ejemplo, Stephen Suomi ha demostrado que las crías de mono rhesus tienen una probabilidad significativa de compartir ciertos rasgos de personalidad con sus padres machos, aun cuando estos no sean miembros del grupo social de las crías. Por otra parte, Suomi comprobó que los monos jóvenes con rasgos de la personalidad de gran reactor pierden esas características cuando son criados por madres sustitutas inusualmente atentas, así que también debemos dar crédito a la intervención de factores ambientales.
Otra demostración de la interacción de genes y ambiente procede de un reciente estudio en torno al estrés y la depresión en adultos jóvenes, a cargo de Avshalom Caspi, de la Universidad de Duke. Se sabe que la depresión deriva de niveles anormales de un neurotransmisor llamado serotonina. Un individuo puede tener una de las dos versiones de un gen que regula la cantidad que llega a las neuronas, y una de las versiones suele observarse con más frecuencia que la otra en personas deprimidas. ¿Debemos concluir que quienes tienen la primera versión están destinados a la depresión? De ninguna manera. Caspi demostró que la presencia del gen eleva el riesgo de depresión sólo con antecedentes de exposición repetida a agentes estresantes importantes, como maltrato infantil. Es por eso que la variación del gen no causa depresión, aunque influye en la susceptibilidad del individuo a un ambiente estresante.
En conclusión, aunque no hay duda de que el estrés causa daños en nuestros cuerpos, es nuestra psique la que determina cuáles de los desafíos que encaramos van a repercutir en nuestro organismo. Y así como no podemos entender la biología del estrés sin entender al individuo, es imposible entender al individuo sin tomar en cuenta la sociedad donde transcurre su existencia.
Primates ricos y pobres
Si puedes elegir, no renazcas como papión de bajo rango. En ese sistema social, jerárquico y violento, la vida de un subordinado está repleta de estrés. Los individuos de bajo rango son perseguidos, atacados y lesionados sólo porque los de un nivel jerárquico superior tuvieron un mal día, y la situación de los machos se exacerba debido a la falta de apoyo social porque, a diferencia de las hembras, inmigran al grupo en la adolescencia y no tienen familiares inmediatos que los apoyen.
Los factores estresantes han dejado huella en la biología de los individuos de bajo rango. Entre los papiones salvajes de mi población de estudio, los subordinados tienen altos niveles de glucocorticoides en estado de reposo y menor capacidad para interrumpir la secreción hormonal una vez concluido el incidente estresante. Sus gónadas dejan de funcionar fácilmente a causa del estrés y tienen una presión sanguínea más alta con bajos niveles del colesterol “bueno”. Sus sistemas inmunológicos se vuelven menos capaces de reparar lesiones y la química cerebral es propensa a la ansiedad. Su mala salud se debe, en gran medida, a las consecuencias psicosociales de su mísera posición en la sociedad de los papiones.

La pobreza genera estrés...
Por supuesto, las estructuras sociales humanas son mucho más complejas. Más que uno solo, tenemos varios rangos en las distintas jerarquías, así que valoramos aquéllas en las que somos más exitosos (mi trabajo es insignificante, pero los domingos soy capitán del equipo de softball), recurrimos a estándares internos para revalorizar el rango externo (¿Saqué 7 en un examen? ¡Estupendo! ¡Creí que sería 6!) y otros instrumentos de compensación. Sin embargo, nacemos en un sistema de rangos con una capacidad abrumadora para provocar estrés. Si quieres saber cómo es la vida de un primate subordinado, te invito a ser un humano pobre en la sociedad occidentalizada.
La pobreza está plagada de estresantes físicos: ondas de calor asesinas en asentamientos sofocantes, caminatas cuesta arriba con los víveres porque el autobús llegó tarde, el arduo trabajo manual. También impera una desproporcionada cantidad de estrés psicológico, como la falta de control, lo imprevisible de otra búsqueda de empleo, la incertidumbre de sufrir o no un asalto al caminar de vuelta a casa en tu peligroso barrio. Hay menos mecanismos para hacer frente al estrés: los pobres no pueden pedir un permiso laboral sin goce de sueldo para elucidar qué esperan de la vida, ni pueden disipar tensiones en el gimnasio. Por último, la imagen de una familia pobre, pero unida y alentadora, es más la excepción que la regla, pues el apoyo social se viene abajo cuando todos tienen que desempeñar tres empleos.
Entonces, ¿la pobreza va de la mano con la mala salud? Por supuesto. El problema estriba en el gradiente de salud que abarca la totalidad del escalafón socioeconómico: partiendo del nivel superior hacia el más bajo, la salud y la expectativa de vida empeoran progresivamente. Esta situación fue señalada de manera muy particular en los estudios Whitehall, en los que el investigador Michael Marmot, del University College en Londres, utilizó gran variedad de parámetros para demostrar que, en la muy estructurada jerarquía del servicio público británico, la salud empeora gradualmente de arriba hacia abajo. Es imposible explicar este fenómeno argumentando un acceso desigual al tratamiento médico, porque el Reino Unido se cuenta entre las naciones que proporcionan atención médica universal. Y aunque resulta innegable que cuanto más baja es la condición socioeconómica mayor es la probabilidad de fumar y llevar una dieta poco saludable, estos factores de riesgo no son la razón primaria de las diferencias de salud entre ricos y pobres. Buena parte de las estadísticas bien documentadas de la población de Whitehall y otros sujetos de estudio muestra que los factores de riesgo representan sólo cerca de un tercio de la relación entre nivel socioeconómico y salud.
El motor principal de este gradiente es el estrés. Y no sólo el de ser pobre, sino el de “sentirse” pobre. En un estudio, Nancy Adler, de la Universidad de California en San Francisco, mostró a sus voluntarios la imagen de una escalera de 10 peldaños y pidió que, comparándose con otras personas, indicaran el nivel que creían ocupar. Esta evaluación subjetiva de la condición social fue un pronosticador de salud bueno o incluso mejor que el nivel objetivo de ingreso. En un análisis más reciente, Adler ha demostrado que “sentirse relativamente pobre” conlleva tanto una evaluación de la situación personal como un sentimiento de seguridad financiera, y todo se trata del control y la previsibilidad. Así, podemos ir más lejos y afirmar que la pobreza es más estresante cuando está rodeada de abundancia. Con independencia del nivel absoluto de ingreso, cuanto mayor es la desigualdad del ingreso en una sociedad, peor es el gradiente de salud. En sociedades más igualitarias, como la canadiense y la escandinava, el gradiente de salud entre los niveles socioeconómicos más alto y más bajo es mucho menos marcado. Nada es más corrosivo que estar rodeados de recordatorios de que la vida no nos trata tan bien como a otros. La mala salud no es sólo cuestión de sentirnos pobres, sino de que nos hagan sentir pobres.
¿Qué podemos hacer?
A estas alturas, sin duda estarás ansioso por leer alguna buena noticia. Y hay muchas. Primero, ten en cuenta que el objetivo de entender el estrés no es evitarlo a toda costa. Una emoción de intensidad y duración adecuadas (un recorrido en la montaña rusa, una película de horror, un feroz oponente de ajedrez al que quizá puedas vencer) libera dopamina en las vías cerebrales del placer. Es una sensación agradable. Ese buen estrés es lo que conocemos como estimulación y hasta pagamos por experimentarlo.
También hay formas de contrarrestar los efectos adversos del estrés crónico: con vacunas y fármacos en el nivel biológico y, en el personal, con técnicas de control, como meditación, oración, ejercicio, psicoterapia, pasatiempos y ocasiones sociales. Algunas de estas estrategias suprimen directamente la respuesta del cuerpo al estrés; por ejemplo, la respiración pausada y profunda de la meditación reduce la liberación de hormonas del estrés, mientras que el ejercicio regular disminuye los niveles de dichas hormonas en estado de reposo. Otras actividades contribuyen elevando el sentimiento de control y previsibilidad, como sucede con numerosas prácticas religiosas que proporcionan respuestas a lo absolutamente inexplicable. Y el ámbito social también puede aportar muchos beneficios, incluido el caso muy particular de sentirnos necesarios cuando ayudamos a otros.

Es poco probable que nos sintamos amenazados por un león...
Otra buena noticia se remonta a nuestros orígenes. No sólo es improbable que los lectores de esta revista sufran de disentería, sino que también es poco probable que pierdan sus viviendas, padezcan hambruna o se vean amenazados por leones. Mientras lidiamos con embotellamientos, fechas de entrega, hipotecas e inversiones fallidas, vale la pena recordar que todo es parte del mundo que hemos construido; son agentes estresantes incomprensibles para cualquier ñu o incluso para algunos humanos. Así como somos lo bastante inteligentes para inventar preocupaciones, ambiciones y celos –y lo suficientemente tontos para caer en sus trampas–, todos tenemos el potencial de ser lo bastante sabios para darles la perspectiva correcta.


miércoles, 6 de enero de 2010

Algunas palabras de Julia Prilutzky Farny

En mi adolescencia, esta señora fue una compañera inseparable que le ponía la palabra justa a los amores imaginados. Estaba "de moda" entonces, a mediados de los '80, y entre el corazón oprimido y los ojos nublados, copiábamos sus poemas, que circulaban en nuestros cuadernos del colegio, decorados con flores y corazones, y borroneados por alguna lágrima. De pronto la recordé hoy, y quise compartir algo con ustedes, los visitantes de La Guarida.  Y contarles algo de ella:
Julia Prilutzky Farny fue una poetisa ucraniana naturalizada argentina, nacida en Kiev en 1912 y fallecida en Buenos Aires el 8 de marzo del 2002. Desarrolló su carrera literaria en la Argentina.

Julia en 1981
Su padre fue ingeniero y su madre médica, y entre los amigos de ellos estaban Miguel de Unamuno, Benito Quinquela Martín (de quien, años más tarde, Julia escribiría una biografía) y Alfredo Palacios (que era padrino de Julia). Pasó parte de su niñez en Salamanca, España.
Desarrolló varias actividades, como estudiar piano (fue discípula de Alberto Williams), siguió la carrera de Derecho, y se dedicó al periodismo.
En 1936 fundó el grupo "Veinte Poetas Jóvenes". En 1937 comenzó a trabajar en el el diario La Nación. También se desempeñó en las revistas "El hogar", "El mundo" y "Para tí". Fue directora de la revista cultural "Vértice". Entrevistó importantes personalidades como Lin Yutang, el papa Paulo VI y Franklin Delano Roosevelt, entre otros.
En 1972 se publica "Antología del amor", volumen que contenía seis libros editados entre 1939 y 1967. Parte de estos poemas son incorporados a la telenovela "Pablo en nuestra piel", de Alberto Migré. Esto hace que se convierta rápidamente en un "best seller" vendiendo 180.000 ejemplares en cuatro años y 80.000 más en la década siguiente. Muchos poemas fueron musicalizados por importantes artistas como Héctor Stamponi, Eladia Blázquez y Chico Novarro. Se casó y tuvo dos hijas.


Aquí, algunos de sus poemas (de a poco iré publicando más). Espero los disfruten:

"ESTE SABOR DE LÁGRIMAS"

Gris y más gris. No estás, y yo estoy triste
De una tristeza apenas explicable
Con palabras, y de una imperturbable
Soledad, que por ti nace y existe.

Siempre de gris, mi corazón se viste:
Polvo y humo, ceniza abominable
Y la envolvente bruma irrenunciable
Que estaba ayer. Y hoy. Y que persiste.


Gris a mí alrededor. Contra mi mano
La nube espesa se va abriendo en vano
Porque el fuego que soy, no está encendido
Y hay niebla en lo que miro y lo que toco.


Ah, yo no sé... Tal vez te odio un poco
Porque está gris y llueve y no has venido.
**********
"NI UNA PALABRA QUEDARÁ SIQUIERA..."


Ni una palabra quedará, siquiera,
Amor que eras mi amor, que eras mi vida.
Ya no te digo adiós, ni hay despedida
Ni volveré a llorar por lo que fuera.


Dónde quedó el terror frente a la espera,
Dónde el pretexto fácil de la huida:
Estoy de pronto, como adormecida,
Brazos ausentes, párpados de cera.


Amor que eras mi amor, estas tan lejos
Que tu imagen se vela en los espejos
Y está la niebla donde había llamas.


Oigo que rondas pero no te veo,
Vuelvo a escuchar tu voz, pero no creo.
Ya no importa si estás ni si me llamas.
**********

"ALGUNA VEZ, DE PRONTO, ME DESPIERTO..."


Alguna vez, de pronto, me despierto:
Un dolor me recorre tenazmente,
Un dolor que está siempre, agazapado,
Por saltar, desde adentro.
Entonces tengo miedo.
Entonces, me doy cuenta que estoy sola
Frente a mí, frente a Dios, frente a un espejo
Lleno de mis imágenes,
De rostros polvorientos.
Estoy sola, pero siempre estoy sola:
Es lo único cierto.
El amor era un huésped,
La soledad es siempre el compañero
Que permanece al lado, inconmovible.
Lo único seguro, verdadero.
Oigo mi corazón, vieja campana
Que dobla y que golpea,
Que rebota en las sienes y en la nuca
Y en la boca y los dedos.
Es cierto, tengo miedo.
Miedo de no poder gritar, de pronto,
De que ya sea demasiado tarde
Para un ruego.
La costumbre ahoga las palabras
Y alarga el desencuentro.
Ah, tantas cosas quedarán ocultas,
Perdidas, sin recuerdo,
Tantas palabras que no fueron dichas,
Tantos gestos.
Unos dirán: Yo sé, la he conocido,
Fue una ardiente rebelde,
Se desolló las manos y la vida
Por defender los que creyó más débiles.
Otros dirán: Yo sé, la he conocido,
Era dura, malévola,
Avara de ternura, con la boca
Mostraba su desprecio.
Alguien dirá: Y cómo sonreía...
Qué importa
Lo que vendrá después del gran silencio.
Claro que tengo miedo.
Así, en la madrugada
Mientras algún dolor - un dolor, siempre -
Va hincando sus agujas en mi cuerpo,
Abro las manos en la sombra dulce
Para atrapar mi soledad, de nuevo,
Y me quedo a su lado, sin moverme,
Con los ojos abiertos
La vida detenida.
Toda mi sangre es un temor inmenso.