martes, 20 de diciembre de 2011

2012

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El año que se inicia es quizás de los más publicitados, desde hace mucho, mucho tiempo atrás. Más de once civilizaciones antiguas ya hablaban de él, dicen.

Lo cierto es que nuestro planeta tarda un año en dar una vuelta completa alrededor del sol. Del mismo modo, nuestro sistema solar tarda unos 25 mil años (años más, años menos) en dar una vuelta completa alrededor del centro de la galaxia. Eso, los antiguos lo habían calculado con una precisión de la que los científicos más capaces de nuestro tiempo  no dejan de asombrarse. Al parecer, en diciembre de este año que comienza, se completa ese ciclo, una vez más.
Eso es todo lo que predijeron los Mayas, los Hopi, los Sumerios, etc. Ninguna de esas culturas predijo los fines del mundo de los que tanto hablan los que leen poco. Y entre esos que leen poco están, por supuesto, los productores de cine catástrofe de Hollywood, los productores de contenidos amarillos de TV, y cuanto alarmista se crucen por ahí, y toque de oído. El año que viene es, nada más ni nada menos, que una especie de “año nuevo galáctico”. Y como en todos los años nuevos, aún en los modestos años nuevos terráqueos, lo que se hace es una especie de balance, y una lista de propósitos y anhelos. Como esta vez se trata de un año nuevo importante, digamos, los propósitos podrían ser más grandes, más universales, más generosos, más éticos.
Y quién sabe, si nos esforzamos por cumplirlos, tal vez se haga realidad el sueño de un cambio de conciencia universal.
No sé cómo les sale el balance de lo vivido hasta aquí a ustedes, las personas que están cerca de mi corazón. Ni sé en detalle cuáles son sus sueños y propósitos para el futuro. Por supuesto, mi deseo es que todo sea como esperan, o mejor, como necesitan. Yo sé que el Universo sabe.
Por eso quiero pedirles que, al menos por esta vez, no piensen sólo en ustedes y sus seres queridos. Piensen un poquito más allá:
Piensen en todo el planeta, con sus animalitos, sus plantas, sus ríos, su cielo. Que es una manera de pensar en todos.
Y así, quizás, el futuro sea mejor.

Este 2012, pensemos en grande.




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martes, 23 de agosto de 2011

Líquido que regenera los dientes sin perforar ni rellenar

Desde siempre he sentido que se me acelera el corazón cada vez que me he sentado en el sillón del dentista.
He conocido de todos los tipos: regulares, malos y peores.
Para mí no existen los "buenos" (sepa disculparme quien se dedica a esta noble profesión).
Tengo varias experiencias de mala praxis a cuestas, que apenas han podido reparar, con mejor buena voluntad que pericia, quienes han trabajado luego en mis molares.
Claro, vale aclarar que vivo en una provincia del Norte de Argentina, donde en general la salud pública deja bastante que desear, y donde la medicina privada (toda) tiene un costo excesivo para mi magra economía de desempleada crónica.
Quien está fuera del sistema paga un alto precio, también en muelas.
Cosas que tiene el hecho de ser sudaca.
Por eso me entusiasmó tanto la siguiente nota, publicada en el diario español ABC.
Quién sabe, tal vez hay esperanzas para algunos, después de todo.

Por Cristina Garrido para ABC

Científicos británicos trabajan en un prometedor líquido que regenera el diente picado sin necesidad de perforar ni rellenar
Si hay alguien a quien los niños, y no tan niños, tienen más miedo que al «coco» ese es el dentista. Sobre todo cuando el taladro está de por medio. Solo el ruido de la herramienta ya pone a muchos de los nervios. Pero esta desagradable práctica puede tener los días contados.
Investigadores de la Universidad de Leeds han descubierto un tratamiento que, según aseguran sus creadores, acaba con las caries y reconstruye el diente de forma natural e indolora.
La caries comienza cuando el ácido producido por la placa disuelve el mineral de los dientes, causando agujeros microscópicos que van aumentando en tamaño y número. Finalmente, el diente dañado tiene que ser perforado y rellenado, o incluso extraído.
El miedo al dolor hace que muchos pacientes no vayan al dentista cuando notan dolores o detectan alguna pequeña caries en su dentadura. Ignorarlo no frena su desarrollo y al final tenemos que enfrentarnos a un tratamiento más complejo y molesto que en un principio.
Para evitar estas situaciones, los investigadores de la Universidad de Leeds han desarrollado un revolucionario fluido, a base de un tipo de un péptido, que se aplica en la superficie de los dientes para tratar los primeros signos de la caries. Esta tecnología, basada en la formación natural del diente, estimula la regeneración de la pieza defectuosa.
«Esto suena demasiado bien para ser verdad, pero nosotros lo que hacemos, básicamente, es ayudar a los dientes a autoregenerarse. Es un proceso reparador no quirúrgico, totalmente natural e indoloro», asegura la profesora Jennifer Kirkham, que ha liderado el desarrollo de esta nueva técnica en el Instituto Dental de la Universidad de Leeds.
Cómo actúa
El líquido «mágico», como lo denominan sus creadores, ha sido diseñado por científicos de la Facultad de Químicas de la misma universidad. Contiene un péptido conocido como P 11-4 que, bajo ciertas condiciones, se ensambla entre las fibras. En la práctica, el líquido, en contacto con el diente, se convierte en un gel que, fijado como un «andamio», atrae el calcio y remineraliza la pieza dental desde el interior, de forma natural.
Este tratamiento ha sido probado recientemente en un pequeño grupo de adultos que presentaban los primeros síntomas de la caries. Los resultados de este pequeño ensayo han revelado que el péptido P 11-4 puede revertir el daño y regenerar el tejido del diente.
«Los resultados de nuestros tests son muy prometedores», afirma el profesor Paul Brunton, que supervisa las pruebas con pacientes. En este sentido, el investigador señala que, si estos resultados se pueden repetir en un grupo de pacientes más grande, «en dos o tres años esta técnica estará disponible en las consultas de los dentistas».
Un tratamiento que, si sale adelante, acabaría con el vínculo entre dentista y dolor y permitiría a los pacientes mantener sus dientes naturales.

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martes, 26 de julio de 2011

Belleza microscópica

Muchas veces miramos sin ver. 
Y el mundo está lleno de belleza, a veces en los lugares más inesperados.
Belleza que nos pasa desapercibida, hasta que a alguien, vaya uno a saber por qué, se le ocurre mirar mejor.
O más de cerca. O desde otro ángulo.
Y así descubre maravillas.
Hoy, gracias a la tecnología, es más fácil compartir esas miradas con más gente.
Encontré esto en BBC, espero que les guste tanto como a mí.


La belleza escondida de la arena
(Por Dalia Ventura para BBC Mundo)

Ya sabíamos que es delicioso acostarse en ella, y que podíamos pasar horas dejando que corriera por entre los dedos, mientras nuestros pensamientos se perdían en el horizonte.
Lo que no sabíamos era que al verla muy, muy de cerca, la arena de las playas es hermosa: una colección de joyas diminutas.
Gracias al trabajo de Gary Greenberg, doctor en investigación biomédica del University College of London, ahora podemos apreciarla.
Sus fotografías muestran granos de arena común ampliados más de 250 veces, y revelan estructuras delicadas, llenas de colores y únicas.
BBC Mundo contactó con Greenberg en Hawaii, donde vive dedicado a darle rienda suelta a sus dos pasiones: el arte y la ciencia.
¿Qué lo llevó a fotografiar granos de arena?
Todo comenzó diez años atrás, cuando estaba desarrollando microscopios tridimensionales en Filadelfia. Mi hermano, que vive en Maui, me envió un tubito, de esos en los que se guardaban rollos de fotos, lleno de arena, para tentarme de que viniera a visitarlo.
La arena permaneció en mi estantería durante varios meses, hasta que un día, decidí echarle un vistazo a través de mi nuevo microscopio.
¡Me asombró lo que vi! Entonces le pregunté a un amigo que vive en las Islas Vírgenes que me enviara un poco de arena. Me sentí abrumado: cada granito de arena era único y hermoso.
Eso me llevó a fotografiar la arena durante cinco años, y a compilar mi hallazgo en un libro.

Técnicamente, ¿cómo lo hizo?
Las fotografías microscópicas de objetos tridimensionales son difíciles de producir.
Hay muchos factores que se mezclan para hacer una fotografía atractiva a través del microscopio. La calidad del lente, la iluminación, la cámara y el tipo de microscopio: todos hacen una gran diferencia. Yo uso microscopios especiales 3D que he estado desarrollando durante los últimos 20 años.
Las fotografías microscópicas de objetos tridimensionales son difíciles de producir porque los microscopios ópticos o de luz tienen muy poca profundidad de foco.
En otras palabras, la cámara sólo puede captar una sección delgada del objeto en foco, con el primer plano y el fondo fuera de foco. Yo supero esta limitación, fotografiando una serie de imágenes tomadas a niveles de enfoque diferentes.
Para producir una imagen totalmente enfocada, un programa de computadora analiza cada imagen en la serie, selecciona las porciones con foco y descarta las partes desenfocadas de cada imagen en la serie. Todas las partes enfocadas son combinadas a la perfección para formar una sola imagen enfocada nítidamente desde el primer plano hasta el fondo.
El resultado de toda esta tecnología es una representación dramática, más tridimensional del objeto que, en este caso, revela la belleza de pequeños granos de arena.
La belleza no requiere de excusas, pero ¿es esto parte de un proyecto más grande?
Mi misión es mostrarle a la gente cosas que nunca han visto antes. Me gusta llevar a la gente en un viaje visual al interior del micromundo de las cosas ordinarias, como la arena, las flores y los alimentos... las cosas que vemos y tocamos todos los días, pero nunca examinamos muy de cerca.
Después de ver mis fotografías a través del microscopio, lo más probable es que no vuelvas a cosas "comunes y corrientes", como la arena, de la misma manera.
Los secretos de la naturaleza son visibles en todas partes. Sin embargo, siguen siendo secretos hasta que son descubiertos.
Usted ha visto la arena de todo el mundo, ¿es la arena de un mar diferente de otras? ¿Espera ver más de algo en algunas playas que en otras?


Los granos de arena de cada playa son únicos. He visto arena de miles de playas de todo el mundo, y nunca he visto dos iguales. De hecho, no hay dos granos de arena idénticos. Cada grano es único, y cada uno tiene una historia que contar acerca de la geología, la biología y ecología de la zona.
La arena originalmente llega a la playa a través de los ríos que bañan los minerales de las rocas y la tierra. Los diferentes tipos de trozos biológicos que se encuentran en la arena reflejan la biología y la ecología locales de la playa.
Cuando las criaturas del mar mueren, dejan tras de sí fragmentos de conchas, espinas de erizos de mar, dientes y huesos que se convierten en granos de arena.
De hecho, en las playas de las islas, la mayor parte de la arena está hecha de fragmentos de conchas. Mientras que en los continentes, la mayoría de arena está hecha de cristal de cuarzo.
¿Ver toda esa belleza ha cambiado sus visitas a la playa? ¿Ahora pisa con más cautela?
Yo soy una persona muy curiosa, probablemente, por eso me gustan tanto microscopios.
Los microscopios me han enseñado a observar las cosas de cerca, y nunca me decepciono.
Después que la gente ve mi libro sobre la arena de todo el mundo, me dicen que nunca ven la arena de la misma manera. Eso es lo que yo siento respecto a todo lo que hay en la naturaleza.

Para quienes quieran ver más sobre el trabajo de este artista, los invito aquí.


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sábado, 9 de julio de 2011

Facundo Cabral

Con mucha tristeza este recuerdo de quien de verdad amó la paz.
Otro poeta asesinado que con su muerte grita lo enfermo que está el mundo.
Tuve la suerte inmensa de conocerlo y conversar con él, y sé que de verdad creía en lo que cantaba.
Gracias, Facundo


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martes, 31 de mayo de 2011

FABRICANDO NEURONAS

Los importantísimos avances en los estudios genéticos comienzan a dar sus frutos mucho antes de lo esperado.
Este nuevo logro de la ciencia, aunque aún en etapa experimental, puede significar una fundamental luz de esperanza para una de las enfermedades más terribles que, con el tiempo, sufrirán más y más seres humanos: el mal de Alzheimer.
A medida que la medicina avanza en otras cuestiones, y la calidad de vida aumenta, también aumenta exponencialmente en el planeta el número de ancianos, simplemente porque la ente vive más tiempo.
Pero ello conlleva el crecimiento también de enfermedades de las que se conoce poco aún, y el deterioro neuronal de la vejez es uno de ellos.
Por eso, este trabajo es tan importante.

Transforman células de piel humana en neuronas
(Por Ariel Palazzesi para NeoTeo)
Sabemos que las células madre embrionarias pueden convertirse en células hepáticas, de la piel, neuronas o cualquier otra pieza de ese rompecabezas que es el cuerpo humano. Una vez que se han diferenciado, es bastante complicado convertir un tipo de célula en otra. Sin embargo, un artículo publicado en Nature da cuenta que un grupo de científicos estadounidenses liderados por Marius Wernig de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, ha logrado transformar directamente células de la piel en un neuronas. El proceso, llamado transdiferenciación, constituye uno de los más interesantes de la biología actual.
Todos hemos oído hablar de las células madre embrionarias (ESC, por Embrionary Stem Cells) y de su capacidad para “convertirse” en prácticamente cualquier tipo de células. Se las utiliza para reparar corazones, recuperar la vista y decenas de aplicaciones más. Pero las demás células de nuestro organismo lo tienen bastante más difícil a la hora de convertirse en “otra cosa”. O al menos, lo tenían muy difícil hasta hace poco. Este tipo de travestismo, que convierte una célula ya diferenciada en otra completamente diferente se conoce como “transdiferenciación” y es uno de los temas de investigación más importantes dentro de la biología celular y la medicina regenerativa de hoy. Este proceso abre las puertas a la posibilidad de prescindir de las mencionadas ESC y de los dilemas éticos asociados. Además, las células madre inducidas a pluripotencia (iPSC, por induced Pluripotent Stem Cells) a menudo pierden su “habilidad” de convertirse en otro tejido o -peor aún- suelen generar tumores.
Hace un año consiguieron transformar células del fibroblasto de ratones en neuronas.
Buscando una solución a este problema, un grupo de científicos estadounidenses liderados por el Dr. Marius Wernig de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, consiguió transformar células de la piel en un neuronas, utilizando solamente cuatro factores de transcripción. Los resultados de este experimento fueron publicados en la última edición de la revista Nature. Wernig explica que el origen de este trabajo puede encontrarse en otro, publicado hace aproximadamente un año, en el que se consiguieron transformar células del fibroblasto de ratones en neuronas. En esa oportunidad se utilizaron tres factores de transcripción: Ascl1, Brn2 (conocido también como Pou3f2) y Myt1l. Estas neuronas inducidas (iN, por induced Neurons) expresaban casi todas las proteínas específicas de las neuronas, podían generar impulsos eléctricos y eran capaces de formar sinapsis (conexiones neuronales) funcionales.
Primero consiguieron transformar células madre embrionarias humanas en neuronas.
En el grupo de Wernig se encuentra el estudiante de post doctorado Zhiping P. Pang, quien empleó los mismos factores de transcripción utilizados en el experimento con ratones pero aplicado a células madre embrionarias humanas (hESC, por human Embrionary Stem Cells). De esta forma el grupo logró demostrar que los factores de transcripción usados en ratones funcionaban también en células humanas, consiguiendo neuronas inducidas a partir de hESC. Apenas transcurridas 24 horas de haber sido aplicado el proceso, las nuevas neuronas ya eran capaces de expresar ciertas proteínas específicas. A los tres días ya adquirían la forma típica de las células cerebrales, y a los seis días ya podían generar impulsos eléctricos. El paso siguiente era determinar si este proceso funcionaba con células ya diferenciadas.
Para ello, Pang y su equipo partieron de células pertenecientes al fibroblasto humano fetal y post natal, a las que se le aplicaron los tres factores mencionados. Diez días más tarde, estas células aún presentaban una morfología propia de las neuronas inmaduras, evidenciando que algo estaba fallando. Dispuestos a resolver el problema, comenzaron a aplicar otros factores además de los Ascl1, Brn2 y Myt1l, y luego de probar con un par de decenas de ellos, dieron con uno que favorecía el desarrollo de las neuronas: el NeuroD1. Para confirmar los resultados se repitió el experimento aplicando los cuatro factores a la vez, consiguiendo que las células de piel se convirtiesen en neuronas. Quince días después de iniciado el proceso, las células inducidas presentaban la morfología de una neurona. Cuatro semanas después, ya habían formado neurofilamentos. Un mes después de haber sido inducidas las células eran capaces de expresar las principales proteínas, receptores y factores de transcripción de una neurona “normal”, incluso generaban impulsos eléctricos y sinapsis funcionales.
Funcionó con células provenientes de la piel de un niño de 11 años.

Según puede leerse en el artículo, el proceso funciona tanto en las células provenientes de un feto (menos maduras) como en las de un recién nacido (más maduras). ¿Hasta que edad podría funcionar este mecanismo? Buscando una respuesta, los investigadores emplearon células provenientes de la piel de un niño de 11 años y consiguieron que se transformasen en neuronas inducidas, con todas las propiedades encontradas en los experimentos anteriores. Pero no todas son buenas noticias: solo entre el 2 y 4% de las células del tratadas se “transdiferenciaron” en neuronas, lo que demuestra que el rendimiento del proceso es muy bajo. Los autores del trabajo suponen que con el tiempo podrán mejorar su técnica y aumentar este porcentaje, para poder aplicarlo para paliar ciertas enfermedades cerebrales neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson.

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martes, 17 de mayo de 2011

FELIZ DÍA DE INTERNET!

Claro, también tenía que tener su día.
Aunque, para algunos de nosotros, todos los días está presente en nuestras vidas.
Si quieren saber más pueden visitar www.diadeinternet.org


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sábado, 14 de mayo de 2011

Estamos "INFOXICADOS"...?

A veces me dan ganas de desconectarme de todo.
Entonces cierro mi notebook, apago la tele, pongo el celular en modo silencio, y miro las montañas por mi ventana, desde la penumbra, con un disco de Sara Vaughan sonando bajito.
Me preparo un café despacio, oliendo su aroma, y me siento a leer algo de literatura.
Son momentos que disfruto mucho, mucho.
Pero a los que me cuesta un poco llegar.
"Desenchufarme" no es tan fácil, cierta deformación profesional me empuja casi compulsivamente al zapping informático por las páginas de unos veinte medios de comunicación, entre locales, nacionales e internacionales cada día.
Consulto diariamente cuatro cuentas de correo electrónico (las otras de vez en cuando), paso largos ratos en Facebook y en Twitter (en esta última red soy más que nada "lurker", es decir, una voyeur que participa poco), y dejo para visitar muy de vez en cuando las otras redes en las que me he inscripto antes que en estas últimas, que son las que en definitiva van quedando.
Es mucho tiempo, demasiada información.
Y sé que soy moderada en comparación a otras personas que conozco.
A dónde nos lleva ésto?
Yo fluyo según mis ganas. Aún no me pesa (y creo que no me pesará nunca), apagar todo y hacer cualquier otra cosa.
No me angustio cuando se corta la luz.
Ni me quita el sueño olvidarme el celular.
Prefiero las series, documentales y películas a los canales de noticias.
Sin embargo, todo eso forma parte de mi vida desde que despierto.
Y me cuesta dormir sin el sonido y el resplandor del televisor encendido, aunque no lo mire.
De hecho, más de una vez, lo enciendo para dormir.
En el silencio lleno de sonidos de una noche de campo, por ejemplo, me cuesta muchísimo más conciliar el sueño.
Cosas de estos tiempos, que a muchos nos pasan.
Me gustó esta nota publicada en el diario El País, que habla de todo esto.
Yo creo que estoy un poco "Infoxicada".
Y ustedes?

Atentos a todo... y a nada
(Por Sergio Fanjul  para El País)
'E-mails', redes sociales, el móvil... Recibimos una sobredosis de información que no es fácil procesar. La 'infoxicación' empeora la capacidad analítica, aumenta la ansiedad y conduce a decisiones erróneas
Recuerden cuando el mundo era (un poco) más tranquilo. Solo había un par de canales de televisión. Las cartas postales cuidadosamente manuscritas tardaban días o semanas en ir de una mano a otra. Los periódicos contaban lo que había pasado ayer. Y a los amigos los veíamos de tarde en tarde alrededor de la mesa de algún bar. Ahora, en cambio, vivimos en mitad de una avalancha. El acelerón de la tecnología ha provocado que la información nos bombardeé a discreción, sin piedad y en todas direcciones, y que el contacto con el prójimo se haga constante e instantáneo gracias al teléfono móvil, el e-mail y las redes sociales. Si antes mirábamos el mundo a través de la ventana, ahora miles de ventanas que se abren simultáneas y meten el mundo en nuestro ordenador. Esta nueva forma de existencia, hiperconectada e instantánea, tiene sus ventajas, claro está, pero también sus desventajas. El estrés, la ansiedad informativa, la confusión, la superficialidad o la falta de atención son algunos de ellos. "Infoxicación" lo llama el físico Alfons Cornellá, fundador de la consultora sobre nuevas tendencias Infonomía, un neologismo que mezcla la información y la intoxicación. Se produce cuando la información recibida es mucho mayor que la que somos capaces de procesar, con consecuencias negativas
"En el momento en que aun no has acabado de digerir algo, ya te está llegando otra cosa", dice Cornellá, "la entrada constante de información, en un mundo always on (siempre encendido), te lleva a no tratar ninguna información en profundidad. Cuando la información es demasiada todo es lectura interruptus. El fenómeno se desboca cuando todos pasamos a ser productores de información, y cuando los instrumentos para producirla son mejores que los instrumentos para organizarla y buscarla. Todos sabemos usar un procesador de texto, pero pocos saben buscar información de calidad con criterio". En efecto, hoy día la actividad es frenética: "Se calcula que entre el nacimiento de la escritura y el año 2003 se crearon cinco exaby­tes (billones de megabytes de información). Pues bien, esa cantidad de información se crea ahora cada dos días", informa el especialista en redes David de Ugarte. "La posibilidad de emitir información codificada se ha ido democratizando: primero como escritura, luego como imagen, etcétera. Piensa cuánta gente podía escribir un texto a principios del siglo XIX, o cuanta hacer una foto a principios del XX... Y compáralo con hoy".
Una información que, además, salta de un lugar a otro como pulgas en una sábana: en España se envían 563 millones de correos al día, según la consultora Contactlab, y cada español recibe, de media, unos 23 correos diarios que debe gestionar (en algunos casos llegan a cientos), y que ahora, además de en el ordenador, también recibimos en nuestros smart­phones (teléfonos inteligentes). Y eso sin contar lo que se cuela a través de redes sociales como Facebook y Twitter. Según la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC), el 37% de los españoles se conecta entre 10 y 30 horas semanales. El 9% lo hace más de sesenta horas. Cada vez pasamos más tiempo en este mundo de los unos y ceros y menos en el de la carne y los huesos: "Las horas dedicadas diariamente al uso de aparatos electrónicos prácticamente se ha duplicado desde 1987, mientas que la interacción cara a cara caía desde unas seis horas a poco más de dos", según explica José Antonio Redondo en su libro sobre redes sociales Socialnets (Península).
Y todo esto cansa a la mente. El psicólogo David Lewis creó el concepto de Síndrome de Fatiga Informativa, en su informe Dying for information? (¿Muriendo por la información?) elaborado para la agencia Reuters. Se da en personas que tienen que lidiar con toneladas de información procedente de libros, periódicos, faxes, correos electrónicos, etcétera, y que, según Lewis, provoca la parálisis de la capacidad analítica, ansiedad y dudas, y conduce a malas decisiones y conclusiones erróneas. Dos tercios de los 1.300 profesionales entrevistados por Reuters achacaron al estrés producido por manejar altos flujos de información daños en sus relaciones personales, baja satisfacción laboral y tensión con sus colegas. "El exceso es más perjudicial que provechoso", opina Jorge Franganillo, profesor de Información y Documentación de la Universidad de Barcelona.
"Durante siglos hemos asociado más información a más libertad. Sin embargo, hoy día, no por tener más donde elegir tenemos más libertad ni estamos más satisfechos. La información es imprescindible en la vida moderna, pero en exceso es asfixiante y resulta difícil de procesar. Al final, más es menos". Nos puede incluso hacer menos productivos, como observó el psicólogo británico Amir Khaki, de AK Consulting, estudiando el comportamiento de un grupo de ejecutivos: la consulta continua de la BlackBerry aumenta el estrés y reduce la productividad. Uno de los sujetos del estudio tardaba el triple de tiempo en rellenar impresos comunes por la constante distracción de su teléfono inteligente. "La presión que provoca la sobrecarga informativa retrasa decisiones importantes o hace que se tomen medidas sin la suficiente reflexión. Y causa también una fricción informativa que dispersa la atención y aumenta la fatiga. La energía física e intelectual que consumimos para obtener la información correcta se desperdicia si no hacemos algo útil con ella", dice Franganillo. Y, por mucho tiempo que invirtamos, siempre tenemos la impresión de que se nos está escapando algo. "Esta sobreabundancia hace que pocos elementos de entre todo ese mar resalten y queden fijados a nuestra memoria, que hoy se encuentra medio perdida al no poder atar datos con situaciones y lugares concretos.Muchas cosas pasan desapercibidas, miradas sin ser vista", dice Roberto Balaguer, psicólogo especialista en Internet.
Superficialidad
La superficialidad es otra de las posibles consecuencias del maremagno actual, como señala el autor Nicholas Carr en su libro Superficiales. ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes? (Taurus), de reciente aparición. Carr, licenciado en Literatura, advirtió que su capacidad de concentración en la lectura de textos largos era cada vez menor. La causa: su actividad multitarea, atento a la vez a la web, el Twitter, el teléfono, el Skype, el Facebook... "Internet nos incita a buscar lo breve y lo rápido y nos aleja de la posibilidad de concentrarnos en una sola cosa", declaró en una entrevista a Bárbara Celis en EL PAÍS. "La multitarea, instigada por el uso de Internet, nos aleja de formas de pensamiento que requieren reflexión y contemplación, nos convierte en seres más eficientes procesando información pero menos capaces para profundizar en esa información y al hacerlo no solo nos deshumanizan un poco sino que nos uniformizan". Por supuesto, Carr cerró sus perfiles en las redes sociales.
No todos son tan pesimistas. "Mi hijo juega mucho al Call of Duty (un frenético videojuego bélico). Puedo pensar que está perdiendo el tiempo, o incluso que está enganchado, o pensar que se está preparando para un nuevo mundo donde los estímulos serán mayores, y la información más cambiante. El mundo que viene probablemente sea más parecido a Call of Duty que a Guerra y paz", opina Xabier Carbonell, profesor de Psicología en la Universidad Ramón Llull. "No creo que sea un problema, sino cuestión de aprendizaje. Fíjate, mi madre me decía '¿cómo puedes estudiar con la radio puesta?'. Y compáralo con todo lo que hay ahora... La tecnología está produciendo un cambio cognitivo importante". Cada vez somos más multitarea y esto es irreversible. "Son las habilidades que, por otro lado, cada vez valora más el mercado laboral: empleados que tengan esa habilidad de gestionar en contextos de saturación de información", coincide Fernando Garrido, del Observatorio para la Cibersociedad. ¿Cómo gestionar esta cantidad ingente de información? La respuesta es obvia: tomándonoslo con calma. Desconectándonos un rato: apagar el ordenador, la televisión, silenciar el teléfono.
Ahondar en el trato humano y pausado. Adoptar un hobby alejado de los gadgets tecnológicos. Salir a la calle. "Algunos médicos han indicado las siestas como una manera de contrarrestar la neblina digital de la sobreinformación", sugiere Balaguer. "No dedicarse a leer y contestar el correo en cualquier momento, sino solo a determinadas horas de la jornada laboral, de manera que sea una parte de tu agenda y no te interrumpa constantemente", recomienda Redondo. Y eligiendo solo lo provechoso. "La avalancha de información que se puede gestionar mejor si establecemos prioridades. Hemos de tener claro qué temas nos interesan, centrar la atención en pocas áreas y procurar que sean lo bastante concretas. No se puede pretender estar al día de muchos temas o de temas demasiado amplios: ya en 1550 el teólogo Juan Calvino se quejaba de que había tantos libros que ni siquiera tenía tiempo de leer los títulos", dice Franganillo. Como apunta Cornellá: "Hay que escoger muy bien las fuentes de información. Dedicar parte del mejor tiempo del día a la información de calidad. Cuanta más de esta manejas, más capaz eres de discriminar que lo que tienes delante es pura basura. La buena información, la relevante, desinfoxica".
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lunes, 9 de mayo de 2011

2012: ESPERANZA

Maravilloso video para compartir, en estos tiempos de energías contradictorias.
Espero que a los visitantes de La Guarida les guste tanto como a mí.
En otros posts anteriores encontrarán más información de algunos de los temas aquí tratados, por ejemplo, la enorme fuerza energética del corazón, pirámides perdidas, interesantes teorías sobre los polos planetarios o las tormentas solares, o el 2012.
Este video reune algunos de esas reflexiones y presenta, como opción, la mejor: ESPERANZA. 



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viernes, 22 de abril de 2011

DÍA DE LA TIERRA

Hoy es el Día de la Tierra.
Hoy es el momento de tomar conciencia.
Todavía no es tarde...

Estamos en un momento crítico de la historia de la Tierra, en el cual la humanidad debe elegir su futuro. A medida que el mundo se vuelve cada vez más interdependiente y frágil, el futuro depara, a la vez, grandes riesgos y grandes promesas. Para seguir adelante, debemos reconocer que en medio de la magnífica diversidad de culturas y formas de vida, somos una sola familia humana y una sola comunidad terrestre con un destino común. Debemos unirnos para crear una sociedad global sostenible fundada en el respeto hacia la naturaleza, los derechos humanos universales, la justicia económica y una cultura de paz. En torno a este fin, es imperativo que nosotros, los pueblos de la Tierra, declaremos nuestra responsabilidad unos hacia otros, hacia la gran comunidad de la vida y hacia las generaciones futuras.
La humanidad es parte de un vasto universo evolutivo. La Tierra, nuestro hogar, está viva con una comunidad singular de vida. Las fuerzas de la naturaleza promueven a que la existencia sea una aventura exigente e incierta, pero la Tierra ha brindado las condiciones esenciales para la evolución de la vida. La capacidad de recuperación de la comunidad de vida y el bienestar de la humanidad dependen de la preservación de una biosfera saludable, con todos sus sistemas ecológicos, una rica variedad de plantas y animales, tierras fértiles, aguas puras y aire limpio. El medio ambiente global, con sus recursos finitos, es una preocupación común para todos los pueblos. La protección de la vitalidad, la diversidad y la belleza de la Tierra es un deber sagrado.
Los patrones dominantes de producción y consumo están causando devastación ambiental, agotamiento de recursos y una extinción masiva de especies. Las comunidades están siendo destruidas. Los beneficios del desarrollo no se comparten equitativamente y la brecha entre ricos y pobres se está ensanchando. La injusticia, la pobreza, la ignorancia y los conflictos violentos se manifiestan por doquier y son la causa de grandes sufrimientos. Un aumento sin precedentes de la población humana ha sobrecargado los sistemas ecológicos y sociales. Los fundamentos de la seguridad global están siendo amenazados. Estas tendencias son peligrosas, pero no inevitables.
La elección es nuestra: formar una sociedad global para cuidar la Tierra y cuidarnos unos a otros o arriesgarnos a la destrucción de nosotros mismos y de la diversidad de la vida. Se necesitan cambios fundamentales en nuestros valores, instituciones y formas de vida. Debemos darnos cuenta de que, una vez satisfechas las necesidades básicas, el desarrollo humano se refiere primordialmente a ser más, no a tener más. Poseemos el conocimiento y la tecnología necesarios para proveer a todos y para reducir nuestros impactos sobre el medio ambiente. El surgimento de una sociedad civil global está creando nuevas oportunidades para construir un mundo democrático y humanitario. Nuestros retos ambientales, económicos, políticos, sociales y espirituales, están interrelacionados y juntos podemos proponer y concretar soluciones comprensivas.
Para llevar a cabo estas aspiraciones, debemos tomar la decisión de vivir de acuerdo con un sentido de responsabilidad universal, identificándonos con toda la comunidad terrestre, al igual que con nuestras comunidades locales. Somos ciudadanos de diferentes naciones y de un solo mundo al mismo tiempo, en donde los ámbitos local y global, se encuentran estrechamente vinculados. Todos compartimos una responsabilidad hacia el bienestar presente y futuro de la familia humana y del mundo viviente en su amplitud. El espíritu de solidaridad humana y de afinidad con toda la vida se fortalece cuando vivimos con reverencia ante el misterio del ser, con gratitud por el regalo de la vida y con humildad con respecto al lugar que ocupa el ser humano en la naturaleza. Necesitamos urgentemente una visión compartida sobre los valores básicos que brinden un fundamento ético para la comunidad mundial emergente. Por lo tanto, juntos y con una gran esperanza, afirmamos los siguientes principios interdependientes, para una forma de vida sostenible, como un fundamento común mediante el cual se deberá guiar y valorar la conducta de las personas, organizaciones, empresas, gobiernos e instituciones transnacionales.

Origen del Día de la Tierra
El Día de la Tierra es un día festivo celebrado en muchos países el 22 de abril. Su promotor, el senador estadounidense Gaylord Nelson, instauró este día para crear una conciencia común a los problemas de la superpoblación, la producción de contaminación, la conservación de la biodiversidad y otras preocupaciones ambientales para proteger la Tierra. La primera manifestación tuvo lugar el 23 de abril de 1970, promovida por el senador y activista ambiental Gaylord Nelson, para la creación de una agencia ambiental. En esta convocatoria participaron dos mil universidades, diez mil escuelas primarias y secundarias y centenares de comunidades. La presión social tuvo sus logros y el gobierno de los Estados Unidos creó la Environmental Protection Agency (Agencia de Protección Ambiental) y una serie de leyes destinada a la protección del medio ambiente.
En 1972 se celebró la primera conferencia internacional sobre el medio ambiente: la Conferencia de Estocolmo, cuyo objetivo fue sensibilizar a los líderes mundiales sobre la magnitud de los problemas ambientales y que se instituyeran las políticas necesarias para erradicarlos.
Las Naciones Unidas celebran el día de la Tierra cada año en el equinoccio invernal (alrededor del 21 de marzo). El 26 de febrero de 1971, el secretario general U Thant firmó una proclamación a ese efecto. Al momento del equinoccio suena la Campana de la Paz en la sede central de la ONU en Nueva York.
El Día de la Tierra es una fiesta que pertenece a la gente y no está regulada por una sola entidad u organismo; tampoco está relacionado con reivindicaciones políticas, nacionales, religiosas, ideológicas ni raciales.
En el Día de la Tierra se reflexiona sobre la importancia del vital líquido que es indispensable para la vida de todas las especies del planeta incluida la humana como lo que es el agua ya que de toda el agua que existe en el planeta tan solo el 2% es potable.
El Día de la Tierra apunta a la toma de conciencia de los recursos naturales de la Tierra y su manejo, a la educación ambiental, y a la participación como personas ambientalmente conscientes. Una reverencia por la vida y las fuentes de nuestro ser..."

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miércoles, 13 de abril de 2011

Pirámides perdidas

Comparto con ustedes este interesantísimo documental de la BBC sobre antiguas culturas de la América Pre-Colombina. El resumen de este video dice lo siguiente:
"El descubrimiento en Perú de seis pirámides construidas en la misma época que las egipcias desconcierta a los arqueólogos. Su antigüedad de 4600 años obliga a cambiar el calendario histórico del Nuevo Mundo".
Espero que lo disfruten.
Debajo del video encontrarán el enlace al sitio de donde lo he tomado, donde hay muchísimos videos y documentales de gran valor.



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viernes, 1 de abril de 2011

Viajar en el Tiempo

Hemos leído sobre el tema decenas de historias y teorías, hemos visto muchísimas series y películas. El Tiempo siempre nos ha intrigado, y viajar por él o a través de él, ha sido una obsesión para algunos, y aunque para la mayoría de nosotros no pase de ser una especulación casi infantil ("si pudiera volver atrás cambiaría aquélla mala decisión, no haría caso a aquél consejo, haría sin importar nada aquél viaje", etc.), hay científicos que se lo toman muy en serio y dedican su vida a investigar las posibilidades. Y hay escritores que siguen imaginando historias basándose en este tema.
Este artículo, escrito por Ariel Palazzesi para NeoTeo, plantea una idea muy simple para calcular la duración del viaje de acuerdo a la época en que viajemos. Me ha parecido ingenioso y bien trabajado. Aunque, a decir verdad, la teoría especula sobre el viaje imaginando al tiempo como si fuera lineal, cosa que no creo (si de especulaciones se trata, por qué no contarles mi teoría?).
 Ariel (y probablemente la documentación en la que se basa) imagina un Tiempo ordenado, pero personalmente creo que no sería necesario (de poder hacerse) viajar linealmente, porque pudiera ser que existieran múltiples dimensiones (como ya casi tiene probado la Física Cuántica), y de ésta manera, no sería necesario recorrer un largo camino para ir hacia atrás, sino sólo "saltar" en algún "rulo", y caer al otro lado...
En todo caso, el artículo sí está bueno para dimensionar, en tiempos geológicos, lo poquito que llevamos viviendo en el Planeta Tierra, como para creernos sus dueños.
Que lo disfruten.

La idea es muy simple: imaginaremos que hemos sido capaces de construir una máquina del tiempo casi perfecta, con la que podemos viajar al pasado o al futuro. Solo tiene una pega, y es que los viajes no son “instantáneos”. Demoramos un segundo en recorrer -hacia adelante o hacia atrás- una año de historia. Te invitamos a subir a ella y comprobar que tan lejos en el tiempo se encuentran algunos acontecimientos claves de la historia del hombre y el universo.
Hace algunos días nos sorprendíamos analizando las enormes dimensiones del Sistema Solar. Hoy te invitamos a maravillarnos con un loco viaje al pasado, a bordo de una máquina del tiempo capaz de retroceder un año por segundo. ¿Qué tiempo nos demandaría asistir al nacimiento de Newton? ¿Cuánto necesitaríamos viajar para ver extinguirse a los dinosaurios? Veremos que nuestro universo es tan antiguo, que aún en una maquina como esta no nos sería sencillo visitar el pasado. Pero aún así lo intentaremos.
En unos cuarenta y tres segundos vemos la llegada del hombre a la Luna
Nos instalamos dentro de la cabina de nuestra máquina del tiempo, y nos preparamos para comenzar nuestro viaje al pasado. Nos lleva solo 11 segundos llegar al año 2000, el último del siglo pasado. Unos cuarenta y tres segundos después de iniciado el viaje, vemos de pasada como la humanidad asiste atenta a la llegada del hombre a la Luna. A los 66 segundos de haber partido, poco más de un minuto de viaje, vemos los destellos cegadores de las bombas atómicas arrojadas sobre Hiroshima y Nagasaki. Transcurrido 1 minuto 39 segundos de viaje, las portadas de los periódicos informan del hundimiento del RMS Titanic, un buque considerado -erróneamente, claro está- como inhundible. Solo 9 segundos después los hermanos Wright, Orville y Wilbur, dan un saltito con su Flyer 1. Prácticamente toda la tecnología que usamos proviene de un lapso de tiempo que nuestra máquina nos permite recorrer en unos dos minutos.
Cristóbal Colón descubre -sin saberlo- un nuevo continente.
Sir Isaac Newton, poseedor de una de las mentes más prodigiosas de la historia de nuestra raza, nació en 1642. Es decir, unos seis minutos y nueve segundos después de nuestra partida. Cristóbal Colón descubre -sin saberlo- un nuevo continente en 1492, lo que en nuestra escala temporal representa algo más de 8 minutos. Casi lo mismo que tarda la luz en viajar desde el Sol a la Tierra. Llegados a este punto, podemos creer que nuestra máquina nos servirá para recorrer -como mínimo- toda la historia de la humanidad. Veamos si es cierto.
Ver como se construyeron nos insume una hora y 17 minutos de viaje.
Asistir al nacimiento de Cristo implica un viaje de unos 33 minutos. Nada que unos viajeros intrépidos como nosotros no puedan  soportar. Ver como los esclavos de los faraones transpiraban construyendo las grandes pirámides -como la de Keops- nos insume una hora y 17 minutos de viaje. Bastante poco, sobre todo si recordamos que se estima que fueron construidas unos 2600 años antes de nuestra era. Entusiasmados, decidimos visitar el mundo que conoció Lucy, uno de nuestros antepasados más famosos. Lucy, fue una hembra de Australopithecus afarensis, cuyos restos fueron descubiertos por Donald Johanson en 1974, en Etiopía. Los análisis indican que vivió hace unos 3.2 millones de años. A nuestra máquina del tiempo súper veloz, capaz de recorrer un año por segundo, le lleva unas 890 horas -más de 37 días- alcanzar ese punto. Comenzamos a pensar que en realidad no es tan veloz como creíamos.
Este simpático engendro desapareció hace 65 millones de años.
Decididos a comprobar su eficacia, nos lanzamos hacia el final del período cretáceo, una época de grandes catástrofes en la que se produjo la extinción de los dinosaurios (y de los ammonites), hecho que de alguna manera permitió que los mamíferos ganasen terreno y más tarde alguno de ellos evolucionase hasta poder construir una máquina del tiempo. El limite entre los períodos Cretácico y Terciario se encuentra a unos 65 millones de años de distancia. El viaje hasta la época de Lucy nos resultó agotador, pero en realidad fue casi un paseo: llegar al momento en que el Tiranosaurio Rex dió las hurras requiere de más de dos años de viaje, o lo que es lo mismo, unos 752 días. Los ammonites, que se fueron junto a los dinosaurios, habían aparecido en el  cuarto período de la Era Paleozoica -el Devónico- hace unos 415 millones de años. Llegar hasta allí nos insumiría un total de 13 años (y un par de meses). Eso significa que estos simpáticos animalejos pulularon por nuestro planeta unos 11 años (medidos con nuestra escala veloz), bastante más que los 37 días que nuestra raza lleva caminando de aquí para allá.
Si quisiésemos ver la formación del Sistema Solar no nos alcanzaría la vida.
Nuestra máquina del tiempo ha demostrado ser demasiado lenta para seguir explorando el pasado. Si quisiésemos ver la formación del Sistema Solar no nos alcanzaría la vida, ya que “recorrer” cuatro mil quinientos millones de años nos llevaría más de 142 años. Decididos a todo, volvemos al presente y viajamos mil segundos hacia el futuro en busca de una máquina más veloz. Nuestros descendientes han logrado evitar machacarse unos ha otros hasta desaparecer, y han conseguido desarrollar una máquina capaz de avanzar un milenio por segundo. Nos hacemos con una de ellas (por las buenas), y nos vamos a ver como se originó el Sistema Solar. 4500 millones de años son 45 mil siglos, por lo que la nueva máquina llega allí en “solo” 52 días. Envalentonados, decidimos asistir al nacimiento de nuestra galaxia, que tuvo lugar hace unos 14 mil millones de años. Aún viajando en el tiempo a razón de mil años por segundo, demoramos 162 días en llegar allí. Puede parece un viaje agotador, pero no es nada comparado con los 162 mil años que nos hubiese llevado realizar el mismo viaje con nuestra máquina del tiempo original. Como puedes ver, si alguna vez construimos una máquina del tiempo, necesitamos que sea realmente rápida para que nos sirva de algo. Caso contrario, solo podremos visitar épocas muy cercanas a la nuestra.


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